Investigadores alemanes afirman que el cannabis medicinal puede tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) mejor que el popular medicamento Adderall.
Los científicos estudiaron a 30 pacientes con TDAH que habían tenido poco éxito medicándose con Adderall o Metilfenidato (otra droga utilizada para corregir el TDAH). Después de probar con el cannabis medicinal, los 30 participantes demostraron una clara mejoría en la concentración, la calidad del sueño y una reducción de la impulsividad. Al final del estudio, 22 de los participantes decidieron deshacerse de los medicamentos que habían estado tomando y seguir tratándose con marihuana.
Estos son los primeros datos que apuntan hacia la marihuana medicinal como un tratamiento viable contra la dificultad de concentración, hiperactividad, impulsividad y falta de memoria asociada con el TDAH. Estudios anteriores habían demostrado la utilidad de la marihuana en las enfermedades crónicas, pero hay pocos estudios sobre cómo afecta al TDAH en particular.
Es una gran noticia para aquellos pacientes a favor de la marihuana, ya que el Adderall presenta efectos secundarios muy desagradables: boca seca, pérdida de apetito, dificultad para conciliar el sueño y mucha ansiedad. Además, no se recomienda usar el fármaco en personas que tengan problemas cardiacos, ya que es posible elevar la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Tampoco se recomienda para las personas con tiroides hiperactiva, glaucoma, epilepsia, ansiedad severa, o agitación.
Si usted no padece TDAH, el consumo de Adderall le provocaría euforia. Hay quien lo utiliza como droga para mantenerse despierto, concentrado o incluso para bajar de peso.
Es posible sufrir una sobredosis de Adderall, algo imposible con la marihuana medicinal. Si tiene suerte, una sobredosis de Adderall puede provocarle gran inquietud y agobio. Si no tiene suerte, puede tener convulsiones e incluso perder la conciencia.
Adderall, a diferencia del cannabis, puede interactuar negativamente con otros medicamentos, y complicar otras condiciones médicas. Y para rematar, existen casos de pacientes que tras abandonar el tratamiento con el fármaco, desarrollan tendencias suicidas, insomnio y unas ganas incontrolables de seguir tomándolo.
Los científicos estudiaron a 30 pacientes con TDAH que habían tenido poco éxito medicándose con Adderall o Metilfenidato (otra droga utilizada para corregir el TDAH). Después de probar con el cannabis medicinal, los 30 participantes demostraron una clara mejoría en la concentración, la calidad del sueño y una reducción de la impulsividad. Al final del estudio, 22 de los participantes decidieron deshacerse de los medicamentos que habían estado tomando y seguir tratándose con marihuana.
Estos son los primeros datos que apuntan hacia la marihuana medicinal como un tratamiento viable contra la dificultad de concentración, hiperactividad, impulsividad y falta de memoria asociada con el TDAH. Estudios anteriores habían demostrado la utilidad de la marihuana en las enfermedades crónicas, pero hay pocos estudios sobre cómo afecta al TDAH en particular.
Es una gran noticia para aquellos pacientes a favor de la marihuana, ya que el Adderall presenta efectos secundarios muy desagradables: boca seca, pérdida de apetito, dificultad para conciliar el sueño y mucha ansiedad. Además, no se recomienda usar el fármaco en personas que tengan problemas cardiacos, ya que es posible elevar la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Tampoco se recomienda para las personas con tiroides hiperactiva, glaucoma, epilepsia, ansiedad severa, o agitación.
Si usted no padece TDAH, el consumo de Adderall le provocaría euforia. Hay quien lo utiliza como droga para mantenerse despierto, concentrado o incluso para bajar de peso.
Es posible sufrir una sobredosis de Adderall, algo imposible con la marihuana medicinal. Si tiene suerte, una sobredosis de Adderall puede provocarle gran inquietud y agobio. Si no tiene suerte, puede tener convulsiones e incluso perder la conciencia.
Adderall, a diferencia del cannabis, puede interactuar negativamente con otros medicamentos, y complicar otras condiciones médicas. Y para rematar, existen casos de pacientes que tras abandonar el tratamiento con el fármaco, desarrollan tendencias suicidas, insomnio y unas ganas incontrolables de seguir tomándolo.
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