Afirman que puede un "alivio" para cientos de pacientes que hoy no hallan remedio para sus condiciones de salud.
El uso medicinal de la marihuana podría suponer un "alivio" para cientos de pacientes que hoy no hallan remedio para sus condiciones de salud, y que se exponen a actos ilícitos, con tal de experimentar algún tipo de mejoría en su situación médica.
Con esa premisa, los catedráticos asociados Héctor Manuel Colón y Juan Carlos Reyes Pulliza, de la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico, respaldaron el proyecto de ley que enmendaría la Ley de Sustancias Controladas para permitir el uso terapéutico medicinal de la marihuana.
"La marihuana trabaja de forma distinta a los medicamentos convencionales, convirtiéndose en una opción para las personas que no resisten los efectos secundarios de los medicamentos para algunas condiciones médicas", afirmó Colón durante una vista pública de la Comisión cameral de Salud, que preside la representante Lydia Méndez.
Entre las condiciones en las que se ha probado científicamente el uso efectivo de la marihuana, mencionaron el glaucoma, los síntomas de náusea y vómitos asociados con la quimioterapia, el estímulo de apetito para los pacientes de VIH y Sida, alivio a los dolores relacionados con la esclerosis múltiple y la reducción de dolor crónico.
Los académicos resaltaron que algunos pacientes "desesperados" y sus familiares optan por violentar las leyes que criminalizan la adquisición, posesión y consumo de esta sustancia, cuando los tratamientos o medicinas convencionales les resultan inefectivos.
"Personas enfermas que optan por adquirir la marihuana para uso medicinal en el mercado ilegal se exponen a daños de utilizar un medicamento sin control de calidad por no estar regulado", dijo Colón, al recordar que, previo a la aprobación en Estados Unidos del "Marihuana Tax Act", en 1937, esa sustancia fue recetada por médicos en ese país.
"Existe mayor daño a la sociedad por las consecuencias legales de su prohibición que los posibles riesgos de su uso medicinal", añadió el catedrático asociado del RCM.
Aunque la representante Méndez advirtió la semana pasada que el proyecto de los representantes José Báez y Carlos Vargas Ferrer no se llevará a votación durante esta sesión, todavía hay varias audiencias públicas pautadas para evaluar la pieza legislativa.
Durante la vista de este miércoles, la medida también recibió el aval del psicólogo social Rafael Torruella, director ejecutivo de la organización Intercambios Puerto Rico, que maneja un programa de intercambio de jeringuillas y promueve la prevención del VIH y la Hepatitis C.
Torruella, también portavoz de la campaña Descriminalización.org, planteó igualmente que el proyecto sustraería del campo ilícito a aquellas personas que hoy delinquen al recurrir a la marihuana para atender sus condiciones de salud, y distinguió el objetivo de esta medida de la propuesta del senador Miguel Pereira para despenalizar el uso de la marihuana, incluso para fines recreativos.
El psicólogo social, quien previamente favoreció ante el Senado la pieza de Pereira, recomendó enmendar el proyecto que se discute en la Cámara por las sanciones que impondría contra aquellos que porten cualquier cantidad de marihuana sin contar con la licencia o permiso especial que se otorgaría a los usuarios con fines medicinales.
El proyecto de ley, según presentado, dispone que esa acción constituirá delito grave, con una pena fija de 10 años de cárcel, cinco con atenuantes y hasta 15 años con agravantes, y una multa de al menos $10,000.
"Es indispensable enmendar el proyecto para eliminar el carácter punitivo que le aplica a aquellos individuos que no están registrados bajo los parámetros que esta ley propone", sostuvo Torruella.
"Este proyecto sería de beneficio no solo para aquellos puertorriqueños y puertorriqueñas que necesitan la marihuana como alternativa medicinal, sino que le permite al país iniciar un proceso de revaluar las políticas de drogas vigentes, que no han resultado", puntualizó.
El uso medicinal de la marihuana podría suponer un "alivio" para cientos de pacientes que hoy no hallan remedio para sus condiciones de salud, y que se exponen a actos ilícitos, con tal de experimentar algún tipo de mejoría en su situación médica.
Con esa premisa, los catedráticos asociados Héctor Manuel Colón y Juan Carlos Reyes Pulliza, de la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico, respaldaron el proyecto de ley que enmendaría la Ley de Sustancias Controladas para permitir el uso terapéutico medicinal de la marihuana.
"La marihuana trabaja de forma distinta a los medicamentos convencionales, convirtiéndose en una opción para las personas que no resisten los efectos secundarios de los medicamentos para algunas condiciones médicas", afirmó Colón durante una vista pública de la Comisión cameral de Salud, que preside la representante Lydia Méndez.
Entre las condiciones en las que se ha probado científicamente el uso efectivo de la marihuana, mencionaron el glaucoma, los síntomas de náusea y vómitos asociados con la quimioterapia, el estímulo de apetito para los pacientes de VIH y Sida, alivio a los dolores relacionados con la esclerosis múltiple y la reducción de dolor crónico.
Los académicos resaltaron que algunos pacientes "desesperados" y sus familiares optan por violentar las leyes que criminalizan la adquisición, posesión y consumo de esta sustancia, cuando los tratamientos o medicinas convencionales les resultan inefectivos.
"Personas enfermas que optan por adquirir la marihuana para uso medicinal en el mercado ilegal se exponen a daños de utilizar un medicamento sin control de calidad por no estar regulado", dijo Colón, al recordar que, previo a la aprobación en Estados Unidos del "Marihuana Tax Act", en 1937, esa sustancia fue recetada por médicos en ese país.
"Existe mayor daño a la sociedad por las consecuencias legales de su prohibición que los posibles riesgos de su uso medicinal", añadió el catedrático asociado del RCM.
Aunque la representante Méndez advirtió la semana pasada que el proyecto de los representantes José Báez y Carlos Vargas Ferrer no se llevará a votación durante esta sesión, todavía hay varias audiencias públicas pautadas para evaluar la pieza legislativa.
Durante la vista de este miércoles, la medida también recibió el aval del psicólogo social Rafael Torruella, director ejecutivo de la organización Intercambios Puerto Rico, que maneja un programa de intercambio de jeringuillas y promueve la prevención del VIH y la Hepatitis C.
Torruella, también portavoz de la campaña Descriminalización.org, planteó igualmente que el proyecto sustraería del campo ilícito a aquellas personas que hoy delinquen al recurrir a la marihuana para atender sus condiciones de salud, y distinguió el objetivo de esta medida de la propuesta del senador Miguel Pereira para despenalizar el uso de la marihuana, incluso para fines recreativos.
El psicólogo social, quien previamente favoreció ante el Senado la pieza de Pereira, recomendó enmendar el proyecto que se discute en la Cámara por las sanciones que impondría contra aquellos que porten cualquier cantidad de marihuana sin contar con la licencia o permiso especial que se otorgaría a los usuarios con fines medicinales.
El proyecto de ley, según presentado, dispone que esa acción constituirá delito grave, con una pena fija de 10 años de cárcel, cinco con atenuantes y hasta 15 años con agravantes, y una multa de al menos $10,000.
"Es indispensable enmendar el proyecto para eliminar el carácter punitivo que le aplica a aquellos individuos que no están registrados bajo los parámetros que esta ley propone", sostuvo Torruella.
"Este proyecto sería de beneficio no solo para aquellos puertorriqueños y puertorriqueñas que necesitan la marihuana como alternativa medicinal, sino que le permite al país iniciar un proceso de revaluar las políticas de drogas vigentes, que no han resultado", puntualizó.