Ya ha comenzado la presión para legalizar el uso de la marihuana en Estados Unidos.
En el país dos estados?Colorado y Washington?han legalizado el uso recreativo de la marihuana. Otros 20 estados han aprobado su uso medicinal.
En México crece el debate. Y es lógico. Hace muchos años que los mexicanos sostienen una lucha intestina en contra de los carteles de la droga. A veces son miembros de la marina del país los que interceptan un cargamento de drogas o arrestan a importantes jefes de los carteles. Pero lo usual es una cruenta guerra entre los distintos carteles que se disputan las mejores rutas para mover la marihuana a Estados Unidos.
Son decenas de miles los muertos en el país azteca, ahora la lucha se extiende a los países de America Central.
El presidente de Uruguay, José Mujica, tiene una propuesta revolucionaria. El quiere defender en las Naciones Unidas su plan para que el gobierno otorgue licencias para cultivar y vender la marihuana. Y es que el pequeño país sud-americano se prepara para que los uruguayos fumen y compren marihuana aprobada por el gobierno.
Mientras en México y en América Central suman miles los muertos, Estados Unidos es el mayor consumidor del estupefaciente. Los mexicanos y centroamericanos ponen los muertos para que los estadunidenses puedan tranquilamente fumar la marihuana en sus hogares.
El debate en la capital mexicana ya ha comenzado. En los Estados Unidos la disputa va por el camino de las legislaturas estatales. Hasta ahora ni el gobierno central en México y el federal en Estados Unidos se ha unido a la lucha por legalizar la droga. El debate es a niveles locales.
Es lógico que haya comenzado en México. El país azteca pone los muertos y quiere detener una guerra sin sentido.
Muchos de los que proponen el cambio dicen que la historia les dará la razón. Dicen que la marihuana no hace daño. Pero lo que han comenzado la lucha en la capital azteca no llegan a eso. Ellos insisten que la guerra contra el tráfico y uso de la droga debía estar en manos de médicos y no de militares y miembros de los carteles de la droga.
Los que quieren el cambio en México y en Uruguay insisten que la marihuana no es más dañina que el consumo de alcohol o el fumar cigarrillos. Señalan que cuando el beber estaba prohibido en Estados Unidos el pueblo nunca dejó de beber y los avisos que fumar puede ocasionar cáncer no ha impedido que muchos sigan fumando.
Personalmente yo entiendo lo que dicen los mexicanos. No tiene sentido que mueran miles de mexicanos para que los consumidores en este país puedan comprar y fumar su marihuana con tranquilidad. Ahora con la legalización de la marihuana en Colorado y Washington mucho menos.<
Los que abogan por el cambio, creen que los jóvenes ya están de acuerdo con ese principio y que el tiempo les va a dar la razón.
No he visto estudios científicos que demuestren que grupo tiene la razón. Mis comentarios son puramente observaciones personales. Yo he visto a muchos jóvenes que han comenzado usando marihuana para después graduarse a drogas indiscutiblemente más peligrosas.
Por ende no voy a cambiar de opinión hasta que vea los estudios que prueben que la marihuana no es más dañina que fumarse un cigarrillo o tomarse un trago.
En el país dos estados?Colorado y Washington?han legalizado el uso recreativo de la marihuana. Otros 20 estados han aprobado su uso medicinal.
En México crece el debate. Y es lógico. Hace muchos años que los mexicanos sostienen una lucha intestina en contra de los carteles de la droga. A veces son miembros de la marina del país los que interceptan un cargamento de drogas o arrestan a importantes jefes de los carteles. Pero lo usual es una cruenta guerra entre los distintos carteles que se disputan las mejores rutas para mover la marihuana a Estados Unidos.
Son decenas de miles los muertos en el país azteca, ahora la lucha se extiende a los países de America Central.
El presidente de Uruguay, José Mujica, tiene una propuesta revolucionaria. El quiere defender en las Naciones Unidas su plan para que el gobierno otorgue licencias para cultivar y vender la marihuana. Y es que el pequeño país sud-americano se prepara para que los uruguayos fumen y compren marihuana aprobada por el gobierno.
Mientras en México y en América Central suman miles los muertos, Estados Unidos es el mayor consumidor del estupefaciente. Los mexicanos y centroamericanos ponen los muertos para que los estadunidenses puedan tranquilamente fumar la marihuana en sus hogares.
El debate en la capital mexicana ya ha comenzado. En los Estados Unidos la disputa va por el camino de las legislaturas estatales. Hasta ahora ni el gobierno central en México y el federal en Estados Unidos se ha unido a la lucha por legalizar la droga. El debate es a niveles locales.
Es lógico que haya comenzado en México. El país azteca pone los muertos y quiere detener una guerra sin sentido.
Muchos de los que proponen el cambio dicen que la historia les dará la razón. Dicen que la marihuana no hace daño. Pero lo que han comenzado la lucha en la capital azteca no llegan a eso. Ellos insisten que la guerra contra el tráfico y uso de la droga debía estar en manos de médicos y no de militares y miembros de los carteles de la droga.
Los que quieren el cambio en México y en Uruguay insisten que la marihuana no es más dañina que el consumo de alcohol o el fumar cigarrillos. Señalan que cuando el beber estaba prohibido en Estados Unidos el pueblo nunca dejó de beber y los avisos que fumar puede ocasionar cáncer no ha impedido que muchos sigan fumando.
Personalmente yo entiendo lo que dicen los mexicanos. No tiene sentido que mueran miles de mexicanos para que los consumidores en este país puedan comprar y fumar su marihuana con tranquilidad. Ahora con la legalización de la marihuana en Colorado y Washington mucho menos.<
Los que abogan por el cambio, creen que los jóvenes ya están de acuerdo con ese principio y que el tiempo les va a dar la razón.
No he visto estudios científicos que demuestren que grupo tiene la razón. Mis comentarios son puramente observaciones personales. Yo he visto a muchos jóvenes que han comenzado usando marihuana para después graduarse a drogas indiscutiblemente más peligrosas.
Por ende no voy a cambiar de opinión hasta que vea los estudios que prueben que la marihuana no es más dañina que fumarse un cigarrillo o tomarse un trago.