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Hailey Pease tenía 7 años cuando fue diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda de células T. Su primera sesión de quimioterapia, en abril de 2011, no funcionó, dice su madre, Shannon Maxim. Y la segunda sesión casi la mata.
Hailey, que estaba siendo tratada en el Hospital de Niños de Boston, comenzó a rechazar su medicina, y dejó de comer, un síntoma común del cáncer y sus tratamientos. Los médicos la entubaron para poder administrar alimentos y medicinas a la pequeña. La quimioterapia ha destruido el esófago de mi niña hasta el punto en que no puede comer, después empezaron a fallarle otras partes del cuerpo dice la madre, que es asistente de enfermera certificada. Fue como si se estuviera destruyendo por dentro, estaba muy sedada, en diálisis, su presión arterial era inestable, aumentaron de 7 a 10 medicamentos, fue un desastre, explica Shannon.
La madre decidió pedir a los médicos de Hailey que le administraran Marinol, una medicina común para los pacientes con cáncer para combatir las náuseas y estimular el apetito en la que se encuentra marihuana de forma sintética. Los médicos estuvieron de acuerdo y se administraron varias dosis, pero Hailey decía que no le gustaba la forma en que le hacía sentir, además no experimentaba un aumento de apetito.
Después de esto, el hospital anunció a los padres que no había nada que hacer con Hailey, y enviaron a la pequeña durante tres semanas a una habitación del hospital que ellos destinan para que los niños pacientes acaben allí su vida.
A principios de julio, Hailey dijo a sus padres que quería ir a casa, no tenía fuerzas para nada, domía y dormía, pero no tenía apetito.
Durante este período, un amigo de la madre le contó la historia de un niño de Montana llamado Cash Hyde que sufría de cáncer de cerebro. Su padre le dio aceite medicinal de marihuana y, según informes de prensa, parecía ayudarlo a tolerar y recuperarse de la quimioterapia. (Hyde murió en 2012, pero sus padres son activistas pro marihuana medicinal.) Por lo tanto Shannon Maxim comenzó a considerar el intentar lo mismo con su hija. A través de un amigo que tenía acceso legal a la marihuana médica en una clínica de un estado vecino, Maxim adquiere pequeñas cantidades de tintura, así como mantequilla, caramelos, y pan hecho con marihuana.
Ella temía que las autoridades se enteraran y se llevaran a Hailey, también temía que, debido a su frágil y débil estado, la marihuana no fuese buena para ella. ¿Y si moría en el acto? ¿Qué clase de padres dan a su hijo marihuana? Hailey estaba sobreviviendo más que lo que habían dicho los médicos, pero no mejoraba. Entonces cuando el amigo de Maxim le trajo los productos y le explicó cómo administrarlos. Debía empezar con una pequeña cantidad de tintura, e ir aumentando si fuera necesario, en el peor de los casos, la niña podría quedarse dormida, no iba a matarla. Por lo tanto, la madre dio una oportunidad a la marihuana como medicina.
Mientras la niña dormía administró la dosis de tintura que iba a recibir como los alimentos, por el tubo. Alrededor de una hora y media después de poner la tintura de marihuana, estaban en camino al Hospital de Niños de Boston para una transfusión de sangre. Cuando Maxim se detuvo en McDonalds para tomar un café, como siempre de camino al hospital, se llevó una sorpresa. Hailey pidió un Happy Meal. Ese fue el primer día en dos meses me preguntó por la comida, dice la madre.
Hailey no quería comer justo antes de su transfusión, pero le pidió a su madre que guardara la comida para más tarde. De camino a casa, sin embargo, Hailey se quedó dormida, algo muy común después de las trasfusiones. Cuando la niña despertó, no sentía hambre. Los siguientes días fueron muy intensos, hasta que el 28 de julio de 2012, Hailey, falleció.
La madre confiesa, que echando la vista atrás, desearía haber hecho algo diferente. Desearía haber empezado a utilizar la marihuana médica más pronto.
El miedo que Shannon Maxim sintió es compartido por muchos padres que están o han estado en la misma situación. Ella no se avergüenza de su historia, considera que vivieron una experiencia positiva y que la marihuana puede ayudar contra esta enfermedad.
La marihuana medicinal debe ser un tema fácil de hablar con su médico, dice Klement, doctor que se especializa en tumores raros y oncología y hematología pediátrica en el Hospital para niños Tufts Medical Center. Usted sabrá de inmediato si su médico está a favor o en contra de ella. Así como hay diferentes tipos de pacientes, existen diferentes tipos de médicos. Cayenne Isaksen, director de asuntos públicos del Departamento de Niños y Familias, hace hincapié en que los niños sean tratados caso por caso y que la agencia podría intervenir sólo si recibió un reporte de abuso de menores de un médico, maestro, u otra persona que haya sido testigo, por ejemplo, de que la marihuana medicinal se está administrando incorrectamente.
La marihuana medicinal es beneficiosa, explican todos los médicos entrevistados para esta historia, para las náuseas y vómitos y el alivio de la anorexia de una enfermedad como el cáncer estimulando el apetito.