Esta tarde andaba haciendo cosillas en casa cuando se me ocurrió probar a hacer chocolatinas de hongos.
Al comentarle la idea a Norberto, el niño muerto, le pareció divertido y decidió ayudarme en tan dulce tarea.
Lo primero, puse en el congelador la cubitera de goma para que estuviera fría y tiesa al usarla. Había otras dos cubiteras: una con forma de corazones y otra con forma de conchas pero a Norbertito le parecieron muy cursis y decidió que lo hiciéramos en la de manzanas.
Como teníamos poco chocolate para fundir decidimos recolectar todos los abortos y seticas pequeñas que había por aquí...
El montoncito arrojó un peso de casi 9gr... así que decidimos hacer 5 bombones de 1.8grs cada uno, aproximadamente.
De chocolate teníamos 100gr... de sobra para los cinco bombones.
Así que nada, casi sin darnos cuenta, ya estábamos picando las setas con la "turmix" para hacerlas lo más finas y homogéneas que pudiéramos.
Pero hubo trozos irreductibles que quedaron entre el polvo mágico.
Después hice unas "papelas" para poner la cantidad deseada en cada bombón.
En este caso, 1.8grs aproximadamente.
(Nota: Hay gente que mezcla TODO el polvo obtenido del picado con el chocolate, lo remueve bien y luego va haciendo los bombones pero yo creo que así pueden salir algunos bastante más cargados que otros).
Una vez que teníamos las dosis separadas, nos dispusimos a hacer el chocolate. Aquí nos ocurrió una putadilla. No me apetecía hacerlo al baño maría y como en el envoltorio ponia que se podía hacer en el microondas, pues allí lo metimos.
En el envoltorio indicaban que se tapara y se hiciera 2 o 4 minutos a máxima potencia (según la caña del microondas, claro).
Lo puse a 2 por si acaso y antes de que se cumpliera el tiempo lo paré porque apestaba a quemado y, efectivamente, un buen trozo se había quemado.
Procedimos a retirar el trozo carbonizado y añadí leche para diluir un poco el saborcillo a quemado.
Aún así supongo que sabrán un poquillo a carbonilla, pero bueno que le vamos a hacer.
Después saqué la cubitera del congelador y llenamos casi hasta arriba los moldes. Luego uno a uno fuimos virtiendo el contenido de las "papelas" y removiendo con un palillico hasta que quedase bien homogeneo.
Tras este paso, rellenamos el hueco que quedaba con un poquito de chocolate para acabar el bomboncillo.
¡¡Y ya está!! Al congelador para que endurezcan y pille la forma. Después los sacaré del molde y los guardaremos en la nevera hasta el día del festín.
Norberto me ha dicho que tiene ganas de pegarse un buen viaje y con lo chiquitín que es, con uno de estos va a explotar.
(Habéis visto la foto en que se están batiendo los hongos...? jejeej)
Al comentarle la idea a Norberto, el niño muerto, le pareció divertido y decidió ayudarme en tan dulce tarea.
Lo primero, puse en el congelador la cubitera de goma para que estuviera fría y tiesa al usarla. Había otras dos cubiteras: una con forma de corazones y otra con forma de conchas pero a Norbertito le parecieron muy cursis y decidió que lo hiciéramos en la de manzanas.
Como teníamos poco chocolate para fundir decidimos recolectar todos los abortos y seticas pequeñas que había por aquí...
El montoncito arrojó un peso de casi 9gr... así que decidimos hacer 5 bombones de 1.8grs cada uno, aproximadamente.
De chocolate teníamos 100gr... de sobra para los cinco bombones.
Así que nada, casi sin darnos cuenta, ya estábamos picando las setas con la "turmix" para hacerlas lo más finas y homogéneas que pudiéramos.
Pero hubo trozos irreductibles que quedaron entre el polvo mágico.
Después hice unas "papelas" para poner la cantidad deseada en cada bombón.
En este caso, 1.8grs aproximadamente.
(Nota: Hay gente que mezcla TODO el polvo obtenido del picado con el chocolate, lo remueve bien y luego va haciendo los bombones pero yo creo que así pueden salir algunos bastante más cargados que otros).
Una vez que teníamos las dosis separadas, nos dispusimos a hacer el chocolate. Aquí nos ocurrió una putadilla. No me apetecía hacerlo al baño maría y como en el envoltorio ponia que se podía hacer en el microondas, pues allí lo metimos.
En el envoltorio indicaban que se tapara y se hiciera 2 o 4 minutos a máxima potencia (según la caña del microondas, claro).
Lo puse a 2 por si acaso y antes de que se cumpliera el tiempo lo paré porque apestaba a quemado y, efectivamente, un buen trozo se había quemado.
Procedimos a retirar el trozo carbonizado y añadí leche para diluir un poco el saborcillo a quemado.
Aún así supongo que sabrán un poquillo a carbonilla, pero bueno que le vamos a hacer.
Después saqué la cubitera del congelador y llenamos casi hasta arriba los moldes. Luego uno a uno fuimos virtiendo el contenido de las "papelas" y removiendo con un palillico hasta que quedase bien homogeneo.
Tras este paso, rellenamos el hueco que quedaba con un poquito de chocolate para acabar el bomboncillo.
¡¡Y ya está!! Al congelador para que endurezcan y pille la forma. Después los sacaré del molde y los guardaremos en la nevera hasta el día del festín.
Norberto me ha dicho que tiene ganas de pegarse un buen viaje y con lo chiquitín que es, con uno de estos va a explotar.
(Habéis visto la foto en que se están batiendo los hongos...? jejeej)
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