Poda Apical
Podar es cortar brotes, hojas o ramas de una planta. Esto se hace por varios motivos. Según que partes de la planta cortemos variarán los resultados.
Podando los brotes de la planta incrementamos la ramificación mientras mantenemos la planta pequeña y compacta. Las ramas bajas sin desarrollar se eliminan para que la planta concentre toda su energía en los cogollos principales. Las hojas no se deberían de podar salvo casos de necesidad. Muchos cultivadores creen que podando las hojas más grandes la planta podrá dedicar toda su energía a los cogollos. En realidad estas hojas fabrican alimentos que luego reparten por todo el organismo. Si las quitamos, la planta pasará hambre y no florecerá correctamente.
En este post nos centraremos en la poda de la rama principal de la planta o poda apical. Éste tipo de poda se hace cuando la planta tiene al menos 4 nudos y su fin está enfocado a conseguir dos objetivos principales:
En ella se ve como el nuevo brote (1) ya ha tomado forma y empiezan a desarrollarse las nuevas hojas. Justo en el nudo inferior de este nuevo brote vemos como empiezan a formarse dos ramas axiales (3), junto a los peciolos o uniones de las hojas al tallo.
Cortando por la línea roja, justo por encima del nudo (2) y manteniendo los brotes de las ramas axiales (3), haremos que estas dos ramas secundarias se conviertan en principales, ramificandose así la planta como podemos observar en la siguiente imagen. En ella vemos como después de dos días las ramas axiales han comenzado a desarrollarse y a partir de ahí tendremos dos ramas principales o apicales.
Esta operación la podemos repetir en la fase de crecimiento tantas veces como consideremos oportuno hasta darle la altura y/o forma deseada a nuestra planta. Además, las ramas principales que cortemos son las mejores partes de la planta para enraizar y sacar esquejes.
Hay que decir que no todas las plantas responden bien a este tipo de podas. Normalmente las sátivas no ven mermada su producción, pero ciertas índicas que apenas ramifican, no deberían de podarse ya que no se recuperan bien y su producción será inferior.
Las podas han de evitarse en los últimos días de crecimiento, ya que la floración se verá retrasada, salvo en algunos casos en los que se busque expecíficamente el aplazar la floración. Por ejemplo, si queremos que un macho de floración rápida polinice a una hembra tardía es posible conseguirlo podando los brotes del macho para impedir que florezca antes que la hembra, o para conseguir igualar alturas de plantas diferentes en un cultivo de interior.
En floración se desaconseja el hacer podas salvo en casos de extrema necesidad, como plagas y similares, ya que la planta no se recuperará bien, se estresará y puede dar lugar a hermafroditismos. Además la producción se verá mermada.
Podar es cortar brotes, hojas o ramas de una planta. Esto se hace por varios motivos. Según que partes de la planta cortemos variarán los resultados.
Podando los brotes de la planta incrementamos la ramificación mientras mantenemos la planta pequeña y compacta. Las ramas bajas sin desarrollar se eliminan para que la planta concentre toda su energía en los cogollos principales. Las hojas no se deberían de podar salvo casos de necesidad. Muchos cultivadores creen que podando las hojas más grandes la planta podrá dedicar toda su energía a los cogollos. En realidad estas hojas fabrican alimentos que luego reparten por todo el organismo. Si las quitamos, la planta pasará hambre y no florecerá correctamente.
En este post nos centraremos en la poda de la rama principal de la planta o poda apical. Éste tipo de poda se hace cuando la planta tiene al menos 4 nudos y su fin está enfocado a conseguir dos objetivos principales:
- Ramificar la planta para conseguir muchos cogollos de menor tamaño en detrimento de un cogollo central mayor (fundamento del scrog)
- Controlar la altura al hacer que las ramas inferiores se desarrollen más y la planta crezca más a lo ancho. Si se hacen sucesivas podas conseguiremos una planta más arbustiva.
En ella se ve como el nuevo brote (1) ya ha tomado forma y empiezan a desarrollarse las nuevas hojas. Justo en el nudo inferior de este nuevo brote vemos como empiezan a formarse dos ramas axiales (3), junto a los peciolos o uniones de las hojas al tallo.
Cortando por la línea roja, justo por encima del nudo (2) y manteniendo los brotes de las ramas axiales (3), haremos que estas dos ramas secundarias se conviertan en principales, ramificandose así la planta como podemos observar en la siguiente imagen. En ella vemos como después de dos días las ramas axiales han comenzado a desarrollarse y a partir de ahí tendremos dos ramas principales o apicales.
Esta operación la podemos repetir en la fase de crecimiento tantas veces como consideremos oportuno hasta darle la altura y/o forma deseada a nuestra planta. Además, las ramas principales que cortemos son las mejores partes de la planta para enraizar y sacar esquejes.
Hay que decir que no todas las plantas responden bien a este tipo de podas. Normalmente las sátivas no ven mermada su producción, pero ciertas índicas que apenas ramifican, no deberían de podarse ya que no se recuperan bien y su producción será inferior.
Las podas han de evitarse en los últimos días de crecimiento, ya que la floración se verá retrasada, salvo en algunos casos en los que se busque expecíficamente el aplazar la floración. Por ejemplo, si queremos que un macho de floración rápida polinice a una hembra tardía es posible conseguirlo podando los brotes del macho para impedir que florezca antes que la hembra, o para conseguir igualar alturas de plantas diferentes en un cultivo de interior.
En floración se desaconseja el hacer podas salvo en casos de extrema necesidad, como plagas y similares, ya que la planta no se recuperará bien, se estresará y puede dar lugar a hermafroditismos. Además la producción se verá mermada.
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