EL AGUA DE RIEGO CÓMO REGAR
La marihuana necesita un gran aporte de agua durante todo el proceso, sobre todo durante el crecimiento vegetativo.
El agua utilizada en el riego deberá ser agua del grifo o agua corriente, no se debe utilizar agua embotellada para el consumo humano debido a sus valores de dureza y mineralización. Aunque no está demostrado que la clorina (que se encuentra en el agua del grifo) afecte negativamente al crecimiento de la marihuana, si que puede hacerlo un alto contenido de sal. No es mala idea dejar reposar el agua durante un día, cosa habitual en jardinería.
El PH del agua debe ser neutro (ligeramente ácido). Podríamos establecer como límites aceptables un PH entre 6. 5 y 7. 2. (El PH tiene una escala de 1 a 14, siendo 7 el PH neutro, 1 el más ácido y 14 el más básico o alcalino). Es muy importante la medición periódica del PH del agua y del medio (mezcla un poco de medio con el agua y mide el PH de la solución), realmente un PH inadecuado puede alterar el buen desarrollo de las plantas. Existen varias formas de medir el PH: medidores electrónicos digitales, reactivos líquidos o el clásico papel tornasol. (No mide decimales).
Un PH excesivamente ácido se puede corregir añadiendo cal hidratada o bicarbonato. Un PH excesivamente básico se corrige añadiendo ácido nítrico o simplemente vinagre o limón. Aunque estos medios de corrección caseros tienden a ser inestables y se desaconseja su uso si se tiene acceso a líquidos específicos de ajuste de ph, como Ph up & Ph down de Hesi o similares.
Otro factor a tener encuenta a la hora de regar es la Ec o electroconductividad del agua. La Ec es la cantidad de sales disueltas en el agua o solución nutriente. Un agua con una Ec muy elevada llenará el sustrato de sales minerales y provocará un bloqueo de raices que llevarán a la planta a no poder absorver todos los nutriente necesarios. Los abonos líquidos que se añaden al agua elevan como es lógico, los valores de Ec, por lo que hay regirse por las tablas de valores que suministran los fabricantes. Aguas especialmente duras harán necesario el utilizar filtros de ósmosis para eliminar parte de esas sales y hacerlas aptas para regar con ellas.
La temperatura del agua de riego deberá oscilar entre los 20 grados centígrados, las plantas agradecen el agua tibia.
La cantidad de agua depende de varios factores:
- El tamaño del recipiente, una maceta grande requerirá menos riegos que una pequeña.
- De la variedad de la planta, las necesidades de agua varían de una variedad de planta a otra
- El tamaño de la planta, las plantas grandes necesitan un gran aporte de agua.
- De la temperatura del indoor, a mayor temperatura, mayor evaporación y necesidad de agua
- De la humedad, si la zona de cultivo tiene un índice de humedad alto, la evaporación será mucho menor que en un cultivo más seco
Para regar de forma correcta debemos buscar un punto medio entre la saturación del sustrato y antes de que éste se reseque del todo. Es mejor regar poco y con frecuencia que encharcar cada más tiempo.
Las necesidades varían según la fase en que estemos. En los primeros estadios de crecimiento la planta necesita poca cantidad de agua y es determinante no excederse ni pasarse, ya que la muerte de la planta es tanto más facil cuanto más pequeña es. En pleno crecimiento y en las primeras fases de la flora, las necesidades de agua son considerables, volviendo a reducirse al final de la flora.
Las plantas que sufren de exceso de agua crecen despacio y deformes, llegandose a pudrir las raices y muriendo en consecuencia. Las consecuencias de un riego excesivo suelen ser irreversibles y fatales, por eso es mejor siempre regar de menos que de más, ya que siempre podemos volver a regar si es necesario.
Hay que evitar las horas de máxima luz para hacer los riegos. Es preferible el hacerlo a primera y/o última hora del ciclo de luz, aunque lo ideal es hacerlo a primeras horas, ya que la planta va a necesitar el agua durante el día, especialmente si las temperaturas son elevadas.
A pesar de que cuando "beben" lo hacen en cantidades considerables(parte del agua se evapora por el calor del ambiente), las plantas deben pasar cortos periodos "secos" entre riego y riego ya que esto es vital para la asimilación de nutrientes, sólo se dejará secar la primera capa de medio. Si la superficie está mojada o queda agua en la cubeta, no conviene dar un segundo riego.
Las plantas empalidecen y se acaban pudriendo si el riego es excesivo, si por el contrario el riego es insuficiente se secarán algunas hojas inferiores, si el agua no llega la planta dejará caer sus hojas como si estuviese fatigada, puede ser un momento critico si no se le suministra agua con rapidez. Convendría disolver un poquito de jabón en el agua para asegurar una mayor absorción, incluso pulverizarla con dicha agua. Si el sustrato está especialmente seco y éste evacúa toda el agua sin absorverla, debemos regar muy despacio y en varias tandas de poca cantidad para favorecer la penetración del agua. Si aún así nos resulta muy dificil, podemos hacer un riego por inmersión, introduciendo muy suavemente y despacio la planta en un cubo o recipiente con el agua de riego hasta que se empape bien todo el sustrato.
Aunque se salve la planta es posible que ésta pierda parte de las hojas que le hubieran permitido captar la energía necesaria para un correcto desarrollo. Cualquier trauma o shock que pueda recibir una planta le requerirá un tiempo hasta volver a recobrar el vigor lo que retrasará el proceso entero. Durante el desarrollo vegetativo de una planta siempre se seca alguna hoja grande que otra de la parte inferior, bien sea por una pequeña crisis de sed o por que el crecimiento de las ramas superiores le impide que reciba luz.
Es desaconsejable pulverizar agua sobre las plantas, a no ser que ocasionalmente se quieran limpiar, nunca se debe pulverizar ni usar sprays de ningún tipo sobre plantas en floración, tendría que ser un caso extremo, ya que los cogollos podrían enmohecerse, especialmente si son muy gruesos o compactos, o estamos en las últimas fases de la flora.
La marihuana se debe regar alrededor del tallo directamente en la maceta, si es posible con una regadera o un caño muy fino para no agujerear el medio y destapar las raíces, y hacerlo de forma suave. Regar hasta que el agua drene en la cubeta, o directamente en la misma cubeta si se usa un sistema de succión por mecha o similar.
En la actualidad existen sistemas auto-riego muy eficaces y se comercializan para los riegos de jardines en periodos vacacionales. Son muy prácticos pero presentan el problema que el agua no reposa pues el programador de riegos va conectado directamente al grifo. Serían sólo recomendables para exterior y siempre que el agua sea apta para el riego. Para interior habría que disponer de un tanque de solución nutriente y de un sistema de bombeo para solventar este problema.
La marihuana necesita un gran aporte de agua durante todo el proceso, sobre todo durante el crecimiento vegetativo.
El agua utilizada en el riego deberá ser agua del grifo o agua corriente, no se debe utilizar agua embotellada para el consumo humano debido a sus valores de dureza y mineralización. Aunque no está demostrado que la clorina (que se encuentra en el agua del grifo) afecte negativamente al crecimiento de la marihuana, si que puede hacerlo un alto contenido de sal. No es mala idea dejar reposar el agua durante un día, cosa habitual en jardinería.
El PH del agua debe ser neutro (ligeramente ácido). Podríamos establecer como límites aceptables un PH entre 6. 5 y 7. 2. (El PH tiene una escala de 1 a 14, siendo 7 el PH neutro, 1 el más ácido y 14 el más básico o alcalino). Es muy importante la medición periódica del PH del agua y del medio (mezcla un poco de medio con el agua y mide el PH de la solución), realmente un PH inadecuado puede alterar el buen desarrollo de las plantas. Existen varias formas de medir el PH: medidores electrónicos digitales, reactivos líquidos o el clásico papel tornasol. (No mide decimales).
Un PH excesivamente ácido se puede corregir añadiendo cal hidratada o bicarbonato. Un PH excesivamente básico se corrige añadiendo ácido nítrico o simplemente vinagre o limón. Aunque estos medios de corrección caseros tienden a ser inestables y se desaconseja su uso si se tiene acceso a líquidos específicos de ajuste de ph, como Ph up & Ph down de Hesi o similares.
Otro factor a tener encuenta a la hora de regar es la Ec o electroconductividad del agua. La Ec es la cantidad de sales disueltas en el agua o solución nutriente. Un agua con una Ec muy elevada llenará el sustrato de sales minerales y provocará un bloqueo de raices que llevarán a la planta a no poder absorver todos los nutriente necesarios. Los abonos líquidos que se añaden al agua elevan como es lógico, los valores de Ec, por lo que hay regirse por las tablas de valores que suministran los fabricantes. Aguas especialmente duras harán necesario el utilizar filtros de ósmosis para eliminar parte de esas sales y hacerlas aptas para regar con ellas.
La temperatura del agua de riego deberá oscilar entre los 20 grados centígrados, las plantas agradecen el agua tibia.
La cantidad de agua depende de varios factores:
- El tamaño del recipiente, una maceta grande requerirá menos riegos que una pequeña.
- De la variedad de la planta, las necesidades de agua varían de una variedad de planta a otra
- El tamaño de la planta, las plantas grandes necesitan un gran aporte de agua.
- De la temperatura del indoor, a mayor temperatura, mayor evaporación y necesidad de agua
- De la humedad, si la zona de cultivo tiene un índice de humedad alto, la evaporación será mucho menor que en un cultivo más seco
Para regar de forma correcta debemos buscar un punto medio entre la saturación del sustrato y antes de que éste se reseque del todo. Es mejor regar poco y con frecuencia que encharcar cada más tiempo.
Las necesidades varían según la fase en que estemos. En los primeros estadios de crecimiento la planta necesita poca cantidad de agua y es determinante no excederse ni pasarse, ya que la muerte de la planta es tanto más facil cuanto más pequeña es. En pleno crecimiento y en las primeras fases de la flora, las necesidades de agua son considerables, volviendo a reducirse al final de la flora.
Las plantas que sufren de exceso de agua crecen despacio y deformes, llegandose a pudrir las raices y muriendo en consecuencia. Las consecuencias de un riego excesivo suelen ser irreversibles y fatales, por eso es mejor siempre regar de menos que de más, ya que siempre podemos volver a regar si es necesario.
Hay que evitar las horas de máxima luz para hacer los riegos. Es preferible el hacerlo a primera y/o última hora del ciclo de luz, aunque lo ideal es hacerlo a primeras horas, ya que la planta va a necesitar el agua durante el día, especialmente si las temperaturas son elevadas.
A pesar de que cuando "beben" lo hacen en cantidades considerables(parte del agua se evapora por el calor del ambiente), las plantas deben pasar cortos periodos "secos" entre riego y riego ya que esto es vital para la asimilación de nutrientes, sólo se dejará secar la primera capa de medio. Si la superficie está mojada o queda agua en la cubeta, no conviene dar un segundo riego.
Las plantas empalidecen y se acaban pudriendo si el riego es excesivo, si por el contrario el riego es insuficiente se secarán algunas hojas inferiores, si el agua no llega la planta dejará caer sus hojas como si estuviese fatigada, puede ser un momento critico si no se le suministra agua con rapidez. Convendría disolver un poquito de jabón en el agua para asegurar una mayor absorción, incluso pulverizarla con dicha agua. Si el sustrato está especialmente seco y éste evacúa toda el agua sin absorverla, debemos regar muy despacio y en varias tandas de poca cantidad para favorecer la penetración del agua. Si aún así nos resulta muy dificil, podemos hacer un riego por inmersión, introduciendo muy suavemente y despacio la planta en un cubo o recipiente con el agua de riego hasta que se empape bien todo el sustrato.
Aunque se salve la planta es posible que ésta pierda parte de las hojas que le hubieran permitido captar la energía necesaria para un correcto desarrollo. Cualquier trauma o shock que pueda recibir una planta le requerirá un tiempo hasta volver a recobrar el vigor lo que retrasará el proceso entero. Durante el desarrollo vegetativo de una planta siempre se seca alguna hoja grande que otra de la parte inferior, bien sea por una pequeña crisis de sed o por que el crecimiento de las ramas superiores le impide que reciba luz.
Es desaconsejable pulverizar agua sobre las plantas, a no ser que ocasionalmente se quieran limpiar, nunca se debe pulverizar ni usar sprays de ningún tipo sobre plantas en floración, tendría que ser un caso extremo, ya que los cogollos podrían enmohecerse, especialmente si son muy gruesos o compactos, o estamos en las últimas fases de la flora.
La marihuana se debe regar alrededor del tallo directamente en la maceta, si es posible con una regadera o un caño muy fino para no agujerear el medio y destapar las raíces, y hacerlo de forma suave. Regar hasta que el agua drene en la cubeta, o directamente en la misma cubeta si se usa un sistema de succión por mecha o similar.
En la actualidad existen sistemas auto-riego muy eficaces y se comercializan para los riegos de jardines en periodos vacacionales. Son muy prácticos pero presentan el problema que el agua no reposa pues el programador de riegos va conectado directamente al grifo. Serían sólo recomendables para exterior y siempre que el agua sea apta para el riego. Para interior habría que disponer de un tanque de solución nutriente y de un sistema de bombeo para solventar este problema.
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