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Riegos con agua oxigenada.
Como todos sabemos, en el cultivo de interior por muy grande que pongamos la maceta o contenedor, el sustrato siempre acaba apelmazándose, endureciéndose y compactándose debido a la fuerza de la gravedad que actúa al regar, pues el agua al caer va ?apretando? el sustrato hacia abajo al tiempo que lo hincha según va absorbiendo humedad. Por si esto fuera poco, a no ser que apliquemos un secano estricto, normalmente tendemos a regar más de la cuenta con el consiguiente encharcamiento del cepellón, lo que provoca una notable falta de oxigéno a nivel radicular que suele desencadenar una serie de carencias y excesos aparentes que no son mas que eso, un exceso de riego.
Por último, la utilización de polímeros, tan eficientes en exterior, puede ser fatal en interior si mezclamos éstos en exceso o si no comprendemos correctamente la forma de regar cuando los usamos. Esto se debe a que aunque la capacidad de retención de agua es enorme, el oxígeno que esta contiene se pierde rápidamente al ser liberado en las diferentes reacciones químicas. Tienen la ventaja de que al deshincharse dejan pequeños huecos en el sustrato que favorecen la aireación, pero deberemos respetar a rajatabla el régimen de riegos para que esto suceda, pues en la mayoría de los casos el polímero nunca llega a descargarse al regar otra vez antes de tiempo.
Hace dos o tres años aparecieron en el mercado unas pastillas que al disolverlas en el agua de riego o bien poniéndolas directamente en el sustrato oxigenaban éste, solucionando así gran parte de los problemas anteriormente descritos. Estas pastillas no prosperaron, debido a su alto precio, pero su composición era ni mas ni menos que lo que yo ya llevaba utilizando tanto tiempo: Agua Oxigenada (Peróxido de Hidrógeno, H2O2)
La forma de uso es bastante sencilla: veinte (20) c.c. de agua oxigenada de farmacia (agua destilada sin otros aditivos) por litro de agua, y a regar... Bueno, realmente hemos de tener en cuenta algunas consideraciones. Primero, las proporciones. Es posible utilizar peróxido de hidrógeno mas o menos disuelto, como el que se usa para peluquería, pero recomendamos la de farmacia, pues esta siempre viene con un 3% de disolución, equivalente a 10 volúmenes. Si echamos cuentas, veremos que si un litro contiene el 3% de peróxido y nosotros disolvemos una quinta parte en otro litro, nos queda una disolución real del 0,6%, exactamente 2 volúmenes. Esta es la proporción que deberemos usar en caso de utilizar peróxido de hidrógeno puro. Si por el contrario, lo hacemos con pasta oxigenada de la de peluquería, ésta suele ser de 110 volúmenes. Para no complicarnos en conversiones volumen/peso, simplemente disolvemos 1,8 gramos de la pasta en un litro de agua destilada, obteniendo así los 2 volúmenes.
El riego con agua oxigenada se integra dentro del ciclo normal de riegos, con algunas particularidades dependiendo de si estamos realizando un cultivo con o sin abonos; en caso de no utilizarlos, podemos realizar un riego oxigenado cada dos normales. Si somos de los que les gusta sobrealimentar a las nenas con los distintos fertilizantes y bioestimuladores que existen en el mercado, entonces deberemos aprovechar los riegos sin fertilizante para oxigenar, pues la mezcla de H2O2 aún en bajísimas proporciones provocará reacciones químicas en la mezcla de fertilizantes produciendo efectos no deseados. Por otro lado, tras el proceso de oxidación provocado por el H2O2, las raices quedan limpias de restos y en un estado de ?hipersensibilidad?, por lo que el riego posterior deberá ser con agua sola. Un ejemplo de ciclo de riegos podría ser: Fertilizante, agua, H2O2, agua, fertilizante.
En estos años, algunos cultivadores me han preguntado qué sucede con la microbiología del sustrato. Realmente, no sucede nada. Los dos o tres centímetros superiores del sustrato pueden quedar ligeramente afectados en cuanto a vida bacteriológica, lo cual bajo nuestro punto de vista no es perjudicial sino beneficioso, pues previene la aparición de hongos así como de algunos microorganismos perjudiciales para la planta. Las partes medias y bajas del sustrato no se ven afectadas de ninguna forma, pues las proporciones utilizadas impiden una oxidación tumultuosa o rápida, con lo que en poco tiempo se estabilizan las partes superiores al ir bajando con el riego. Por supuesto, todas las bacterias anaeróbicas (que viven sin oxígeno) morirán sin remedio.
Existe una curiosidad con respecto al H2O2 que permite también utilizarlo por vía pulverización foliar: la catalasa. La catalasa es una enzima que se encuentra en las células de los tejidos animales y vegetales.La función de esta enzima en los tejidos es necesaria porque durante el metabolimo celular, se forma una molécula tóxica que curiosamente es el peróxido de hidrógeno, H2O2 (agua oxigenada)Esta enzima, la catalasa, lo descompone en agua y oxígeno. La reacción de la catalasa sobre el H2O2, es la siguiente:
A partir de aquí, podemos constatar que la pulverización foliar con H2O2 a la MITAD de las proporciones para el riego, en el período nocturno que es cuando la planta absorbe oxígeno, durante el período vegetativo, producirá unos tallos y ramas más gruesos y robustos, al tiempo que activa uno de los sistemas de autodefensa del cannabis, con el consiguiente incremento posterior en potencia. Además mantendrá nuestras plantas limpias de insectos. No usar NUNCA esta pulverización en floración, pues la oxidación rápida de los tricomas producirá una apreciable falta de aromas y la maduración rápida del ejemplar.
Por último, para los amigos del hidropónico puede ser muy útil para simular stress hídrico, algo impensable por la propia naturaleza de estos sistemas. Es tan sencillo como retirar la solución nutriente del tanque y llenar este con una disolución de H2O2 a un TERCIO de las proporciones para el riego en tierra. A continuación, mantener esta disolución en el circuito de 4 a 6 horas, para retirarla después y acabar la jornada con sólo agua. Pasadas 24 ? 36 horas, se puede volver a colocar solución nutriente un poco por debajo de las proporciones que estábamos usando cuando pusimos el agua oxigenada. Resultado: Mayor velocidad aún, incrementos notables en potencia y asepsia del sistema."
Como todos sabemos, en el cultivo de interior por muy grande que pongamos la maceta o contenedor, el sustrato siempre acaba apelmazándose, endureciéndose y compactándose debido a la fuerza de la gravedad que actúa al regar, pues el agua al caer va ?apretando? el sustrato hacia abajo al tiempo que lo hincha según va absorbiendo humedad. Por si esto fuera poco, a no ser que apliquemos un secano estricto, normalmente tendemos a regar más de la cuenta con el consiguiente encharcamiento del cepellón, lo que provoca una notable falta de oxigéno a nivel radicular que suele desencadenar una serie de carencias y excesos aparentes que no son mas que eso, un exceso de riego.
Por último, la utilización de polímeros, tan eficientes en exterior, puede ser fatal en interior si mezclamos éstos en exceso o si no comprendemos correctamente la forma de regar cuando los usamos. Esto se debe a que aunque la capacidad de retención de agua es enorme, el oxígeno que esta contiene se pierde rápidamente al ser liberado en las diferentes reacciones químicas. Tienen la ventaja de que al deshincharse dejan pequeños huecos en el sustrato que favorecen la aireación, pero deberemos respetar a rajatabla el régimen de riegos para que esto suceda, pues en la mayoría de los casos el polímero nunca llega a descargarse al regar otra vez antes de tiempo.
Hace dos o tres años aparecieron en el mercado unas pastillas que al disolverlas en el agua de riego o bien poniéndolas directamente en el sustrato oxigenaban éste, solucionando así gran parte de los problemas anteriormente descritos. Estas pastillas no prosperaron, debido a su alto precio, pero su composición era ni mas ni menos que lo que yo ya llevaba utilizando tanto tiempo: Agua Oxigenada (Peróxido de Hidrógeno, H2O2)
La forma de uso es bastante sencilla: veinte (20) c.c. de agua oxigenada de farmacia (agua destilada sin otros aditivos) por litro de agua, y a regar... Bueno, realmente hemos de tener en cuenta algunas consideraciones. Primero, las proporciones. Es posible utilizar peróxido de hidrógeno mas o menos disuelto, como el que se usa para peluquería, pero recomendamos la de farmacia, pues esta siempre viene con un 3% de disolución, equivalente a 10 volúmenes. Si echamos cuentas, veremos que si un litro contiene el 3% de peróxido y nosotros disolvemos una quinta parte en otro litro, nos queda una disolución real del 0,6%, exactamente 2 volúmenes. Esta es la proporción que deberemos usar en caso de utilizar peróxido de hidrógeno puro. Si por el contrario, lo hacemos con pasta oxigenada de la de peluquería, ésta suele ser de 110 volúmenes. Para no complicarnos en conversiones volumen/peso, simplemente disolvemos 1,8 gramos de la pasta en un litro de agua destilada, obteniendo así los 2 volúmenes.
El riego con agua oxigenada se integra dentro del ciclo normal de riegos, con algunas particularidades dependiendo de si estamos realizando un cultivo con o sin abonos; en caso de no utilizarlos, podemos realizar un riego oxigenado cada dos normales. Si somos de los que les gusta sobrealimentar a las nenas con los distintos fertilizantes y bioestimuladores que existen en el mercado, entonces deberemos aprovechar los riegos sin fertilizante para oxigenar, pues la mezcla de H2O2 aún en bajísimas proporciones provocará reacciones químicas en la mezcla de fertilizantes produciendo efectos no deseados. Por otro lado, tras el proceso de oxidación provocado por el H2O2, las raices quedan limpias de restos y en un estado de ?hipersensibilidad?, por lo que el riego posterior deberá ser con agua sola. Un ejemplo de ciclo de riegos podría ser: Fertilizante, agua, H2O2, agua, fertilizante.
En estos años, algunos cultivadores me han preguntado qué sucede con la microbiología del sustrato. Realmente, no sucede nada. Los dos o tres centímetros superiores del sustrato pueden quedar ligeramente afectados en cuanto a vida bacteriológica, lo cual bajo nuestro punto de vista no es perjudicial sino beneficioso, pues previene la aparición de hongos así como de algunos microorganismos perjudiciales para la planta. Las partes medias y bajas del sustrato no se ven afectadas de ninguna forma, pues las proporciones utilizadas impiden una oxidación tumultuosa o rápida, con lo que en poco tiempo se estabilizan las partes superiores al ir bajando con el riego. Por supuesto, todas las bacterias anaeróbicas (que viven sin oxígeno) morirán sin remedio.
Existe una curiosidad con respecto al H2O2 que permite también utilizarlo por vía pulverización foliar: la catalasa. La catalasa es una enzima que se encuentra en las células de los tejidos animales y vegetales.La función de esta enzima en los tejidos es necesaria porque durante el metabolimo celular, se forma una molécula tóxica que curiosamente es el peróxido de hidrógeno, H2O2 (agua oxigenada)Esta enzima, la catalasa, lo descompone en agua y oxígeno. La reacción de la catalasa sobre el H2O2, es la siguiente:
A partir de aquí, podemos constatar que la pulverización foliar con H2O2 a la MITAD de las proporciones para el riego, en el período nocturno que es cuando la planta absorbe oxígeno, durante el período vegetativo, producirá unos tallos y ramas más gruesos y robustos, al tiempo que activa uno de los sistemas de autodefensa del cannabis, con el consiguiente incremento posterior en potencia. Además mantendrá nuestras plantas limpias de insectos. No usar NUNCA esta pulverización en floración, pues la oxidación rápida de los tricomas producirá una apreciable falta de aromas y la maduración rápida del ejemplar.
Por último, para los amigos del hidropónico puede ser muy útil para simular stress hídrico, algo impensable por la propia naturaleza de estos sistemas. Es tan sencillo como retirar la solución nutriente del tanque y llenar este con una disolución de H2O2 a un TERCIO de las proporciones para el riego en tierra. A continuación, mantener esta disolución en el circuito de 4 a 6 horas, para retirarla después y acabar la jornada con sólo agua. Pasadas 24 ? 36 horas, se puede volver a colocar solución nutriente un poco por debajo de las proporciones que estábamos usando cuando pusimos el agua oxigenada. Resultado: Mayor velocidad aún, incrementos notables en potencia y asepsia del sistema."