Germinación, crecimiento y floración -
Antes de entrar en materia sobre germinación, crecimiento o floración, debemos tener muy claro qué variedades queremos cultivar. Las variedades Índicas o con predominancia Índica son aquellas que por lo general, presentan una floración corta (entorno a las ocho semanas desde que cambiamos el ciclo lumínico a 12/12) y que apenas doblan su altura durante esa etapa.
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Los híbridos son una caja de sorpresas, pueden mostrar las características de las variedades Índicas o por el contrario de las variedades Sativas, por lo que aventurarse a dar datos sobre cualquier Híbrido sin conocer sus parentales es sencillamente inapropiado. Por lo general presentan una floración media, que puede rondar desde las ocho a las diez semanas aunque depende mucho de cada variedad.
Tanto las variedades Índicas como las variedades Híbridas con predominancia Índica son las más recomendadas para cultivadores nobeles o experimentados, siempre que hablemos de cultivo de interior, dada su facilidad de cultivo y su corta floración. Conocer todos los datos de la variedad que queremos cultivar es sumamente importante, ya que podremos darles una altura determinada durante el crecimiento para saber con qué altura terminarán el ciclo de floración, teniendo presente la altura del espacio de cultivo con la que contamos.
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Por poner un ejemplo, la variedad Big Bang, Índica dobla su altura durante el periodo de floración, por lo que podemos mantenerla en periodo de crecimiento hasta que tenga unos treinta centímetros de altura, sabiendo que cuando termine la floración ningún ejemplar superará los sesenta centímetros de media, respetando así la altura máxima de nuestro indoor y pudiendo dejar una distancia óptima entre lámpara y puntas.
Las variedades Sativas, o Híbridos con predominancia Sativa, son las menos recomendadas para los cultivadores nobeles, dada su complejidad. Estas variedades crecen desmesuradamente durante la etapa de floración, algo que puede ser un gran inconveniente si contamos con una limitación de altura (los 2 metros que suele medir un indoor, es una limitación de altura importante, creedme).
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Además estas variedades suelen presentar unos periodos de floración muy largos, que pueden ir desde las diez a las catorce o quince semanas de floración, por lo que precisan muchos cuidados. Estas variedades sólo son recomendadas para cultivadores experimentados o cultivos en exterior.
Investigar un poco sobre la variedad que tengamos pensado cultivar no sólo nos facilitará los datos para darles una correcta altura durante la etapa de crecimiento, sino que nos orientará sobre qué cantidad de nutrientes debemos aportarles y qué tiempo de floración estimado tendrán. Perder unos pocos minutos para investigar estos datos nos ahorrará muchas complicaciones durante el cultivo. Los propios bancos de semillas (o empresas suministradoras de semillas) ofrecen por lo general toda esta información en sus páginas web.
Si tenéis pensado cultivar varias variedades simultáneamente, procurad que todas estiren más o menos lo mismo durante el ciclo de floración, así evitaréis montar una selva indomable en vuestro indoor. Una vez elegida la variedad o variedades a cultivar y anotados todos los datos importantes que podamos encontrar sobre ellas por la red, es hora de comenzar.
GERMINACIÓN
Aunque el proceso de germinación es sumamente sencillo, existen varios consejos que pueden ayudarnos a obtener un porcentaje de éxito muy elevado. Por lo general, poner una semilla en el sustrato y regar es suficiente para que nuestras pequeñas abran dando lugar a la plántula, aunque con este sencillo sistema no obtendremos el alto porcentaje de germinación que podríamos obtener siguiendo los siguientes consejos.
Poner las semillas en un vaso de agua con una cucharada pequeña de agua oxigenada durante unas doce horas ayudará enormemente a una correcta germinación. Este proceso de escarificación ablandará el pericarpio de las semillas facilitando así la salida de la radícula seguida por la plántula.
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El agua oxigenada eliminará también posibles patógenos que pueda contener el agua. Es recomendable dejar el vaso con el agua y las semillas en un lugar templado, donde la temperatura media ronde los 24º. Existe una ridícula leyenda urbana, que dice que las semillas que no se hunden en el agua siguiendo este procedimiento no germinarán. No hagáis caso de este tipo de leyendas urbanas que no hacen más que confundir a los cultivadores menos experimentados.
Una vez transcurridas las doce horas en remojo, podemos pasar las semillas con mucho cuidado a un tupper donde previamente habremos colocado una servilleta de papel humedecida a modo de cama, depositando las semillas encima, sin necesidad de cubrirlas por otra capa de papel húmedo.
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El tupper debemos dejarlo cerrado para que mantenga la humedad en su interior. Un lugar oscuro y templado (sobre los 24º) es el idóneo para guardar el tupper durante veinticuatro o cuarenta y ocho horas, tiempo que tomará la semilla para mostrar una radícula prolongada de entre dos a cuatro centímetros, por lo general.
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El papel de cocina o servilleta de papel que hemos depositado en el interior del tupper a modo de cama, no debe estar nunca encharcado, pues se pudrirían las semillas y raíces. Éste debe estar sólo humedecido. Tampoco debéis usar nunca algodón para germinar, las raíces se enredarían en éste y sería muy complicado desprenderlas, llegando a romperse.
Mantener una temperatura que ronde los 24º de media durante todo el proceso de germinación es sumamente importante, ya que ayudará a las semillas a salir del estado de latencia o dormancia, muy acusado en semillas conservadas en climas fríos o en neveras (todos los grows deberían mantener sus semillas en neveras, para una correcta conservación de las mismas).
Una vez transcurrido este tiempo y observado que las semillas han mostrado sus radículas, procederemos a la siembra de las mismas, con muchísimo cuidado para no dañarlas, ya que en este estado son sumamente sensibles. Es aquí, cuando comienza el periodo de crecimiento.
CRECIMIENTO
Antes de entrar en materia con el crecimiento, debemos haber seleccionado un buen sustrato orgánico para sembrar nuestras recién germinadas semillas. Para los cultivadores con algo de experiencia, recomiendo sin lugar a dudas cultivar en coco, un medio inorgánico que nos ayudará a controlar todos los parámetros nutricionales de nuestras plantas, pero para cultivadores nobeles o que simplemente no quieran calentarse tanto la cabeza, un buen sustrato orgánico como el que podemos encontrar en cualquier grow, de Canna o Atami, es sin duda la mejor opción.
Dentro de esta opción, que es la que trabajaremos en el artículo con el fin de no complicar en exceso el cultivo, tenemos otras dos opciones: adquirir tierra ?Light? o ?Pre-Abonada?. La primera opción es la que recomiendo, aunque ambas son válidas.
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La primera viene con un porcentaje de nutrientes medio-bajo, dejando en nuestras manos abonar cuando lo estimemos oportuno. La segunda viene con una carga extra de nutrientes, poco recomendada dependiendo de qué variedades estemos cultivando. Así pues, supongamos que hemos elegido la opción de comprar un saco de tierra ?light? para comenzar con nuestro cultivo.
No os calentéis la cabeza con mezclas caseras de humus, tierra, arlita y lo que se os vaya ocurriendo. Los sustratos que venden en los grows vienen perfectamente equilibrados para el cultivo de cannabis y no precisan de ningún extra inicial. Una vez tenemos el sustrato preparado en pequeñas macetas o vasos de plástico con el fondo agujereado para que el agua de riego drene correctamente, podemos sembrar las semillas germinadas y comenzar con el primer ciclo de la etapa de crecimiento: ?los diez primeros días?.
Durante estos primeros diez días, que comienzan a contarse desde que sembramos las semillas ya con raíz en el sustrato, no es necesario aportar una iluminación intensa a nuestro cultivo. Con cualquier lámpara de bajo consumo (de unos 25w) o algunos tubos fluorescentes, podremos iluminar los cotiledones de nuestras pequeñas y su primer par de falsas hojas.
Es importante mantener un ciclo de iluminación constante, que puede ser de veinticuatro horas continuas de luz o de dieciocho horas de luz y seis de oscuridad, para ahorrar un poco en electricidad. Este horario lumínico debemos mantenerlo durante todo el ciclo de crecimiento para no estresar a nuestras pequeñas. La humedad del interior del armario de cultivo debe rondar el 60% ? 70% durante todo el crecimiento. De esta forma la planta se hidratará correctamente y crecerá a buen ritmo.
Una vez transcurridos los diez primeros días, cuando nuestras pequeñas ya hayan abierto su primer par de falsas hojas y comiencen a crecer buscando formar nudos, es hora de comenzar con una iluminación decente . Aunque los tubos fluorescentes o las bombillas de bajo consumo son una opción válida y bastante utilizada, no hay nada mejor para este periodo de crecimiento que una lámpara de Halogenuros Metálicos (HM), que podremos acoplar en la mayoría de los casos al balastro que tenemos preparado para el ciclo de floración.
Estas lámparas (HM) ofrecen una luz blanca ? azulada que favorece una distancia internodal corta y un desarrollo espectacular de la materia vegetal. Por contra aportan bastante calor, al igual que los sodios, por lo que habrá que regular su altura de forma que en las puntas de nuestras plantas nunca se superen los 27º (Se puede crecer hasta con 35º, pero el desarrollo es mucho más lento ya que la planta lucha por no deshidratarse, dedicando mucha menos energía al crecimiento).
No es necesario abonar durante las tres ? cuatro primeras semanas de crecimiento, ya que el sustrato aunque sea ?light? contiene todos los nutrientes necesarios para esta primera fase de desarrollo. Un medidor de PH es de uso obligado, para corregir la acidez del agua de riego nivelándola a 6,2. De esta forma la planta podrá absorber bien los nutrientes que necesita del sustrato. Un nivel inadecuado de la acidez (ph) puede ocasionar un crecimiento desastroso, una continua muestra de carencias en nuestra planta por no poder absorber bien los nutrientes, incluso deformaciones o la muerte de nuestras pequeñas.
Los riegos deben ser cuidadosos. Durante los primeros días podemos usar un pulverizador para humedecer el sustrato (ojo, no encharcarlo o las raices se pudrirán) y una vez las raíces hayan colonizando el primer pequeño contenedor (o vaso de plástico) se hará un trasplante a contenedores de más capacidad. Con esto se busca estimular al máximo el desarrollo radicular de nuestras plantas, ya que una planta con un buen sistema radicular podrá nutrirse adecuadamente cuando más lo necesite, que suele ser durante el periodo de floración (durante la floración, la planta apenas dedica energía a expandir su sistema radicular, es por ello que debemos estimularlo todo lo posible durante el crecimiento).
No penséis que por abonar antes vuestras plantas van a crecer más rápido o fuertes. Eso es completamente falso. En mi modesta opinión sólo debemos abonar cuando la planta lo demande, cosa que hará mostrando alguna carencia en sus hojas. Es mucho mejor que la planta muestre carencias y entonces abonarla, que abonarla sin necesidad pudiendo crear un episodio de sobrefertilización. Por lo general y usando un sustrato ?Light?, el primer abonado debe darse a partir de la tercera semana de vida. Sí que es recomendable, aunque no en todos los riegos, añadir algún estimulador de raíz.
¿Cuánto tiempo debe durar la etapa de crecimiento? Un mínimo de cuatro semanas. Esto tiene una explicación muy sencilla. Las plantas de cannabis de variedades Índicas o Híbridos con predominancia Índica tardan este tiempo en madurar sexualmente. Si les cambiamos el ciclo lumínico (ponerlas a floración a 12/12) antes de que maduren sexualmente, no comenzarán a florecer, sino que estirarán mucho creando una distancia internodal demasiado amplia en busca de luz. Hay cultivadores que comienzan con un ciclo lumínico de 12/12 desde que germinan, con la errónea idea de que así comenzarán antes a florar, aunque la única realidad es que sus plantas estarán mucho más espigadas pero no florecerán antes por ello.
Otra ventaja de darles un ciclo de crecimiento mínimo de cuatro semanas, es que las plantas sexarán. Esto significa que mostrarán su sexo sin necesidad de que hayan comenzado a florar, algo realmente útil si partimos de semillas regulares y no feminizadas. Podéis ver cómo es el sexado de una planta en la imagen adjunta. El tiempo máximo de crecimiento depende ya de la altura mínima con la que queramos comenzar la floración, teniendo presente que como mínimo, la planta doblará su tamaño por lo general durante el ciclo de floración.
Dado que durante la floración la planta hará un gran esfuerzo en crecer durante las primeras semanas, es conveniente abonar nuestras pequeñas antes de cambiarles el ciclo lumínico. Para los cultivos en tierra (sustrato orgánico), lo mejor con diferencia son los abonos naturales, humus de lombriz o cualquier preparado ?BIO? que nos recomienden en nuestro grow de confianza.
FLORACIÓN
Es aquí, en este ciclo del cultivo, donde veremos los resultados de todo el esfuerzo que hemos realizado durante la germinación y crecimiento de nuestras pequeñas. La floración comienza cuando cambiamos el ciclo lumínico de nuestras plantas de 24/0 o 18/6 a 12/12, teniendo doce horas de luz y doce de absoluta oscuridad.
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Sé que es muy tentador asomarse a mirar las plantas cuando están el ciclo de oscuridad, o mostrarlas a algún amigo cultivador que ha ido de visita, pero no es nada recomendable pues el más mínimo ápize de luz puede estresar nuestras plantas ocasionando hermafroditismos o retrasos en la floración. Cuidad bien de que durante el ciclo de oscuridad no haya ningún piloto encendido dentro del indoor (por ejemplo el del interruptor de las regletas / ladrones).
Existe una leyenda urbana que dice que las plantas no absorben la luz verde y que con una luz verde podemos iluminarlas durante su ciclo de oscuridad sin que suceda nada. Esto es completamente incierto, si bien es cierto que la luz verde es la que más refleja y menos asimila, también es cierto que no pasa desapercibida para nuestras plantas, por lo que las estresará.
Durante las tres primeras semanas de floración, nuestras plantas crecerán bastante, doblando su tamaño o triplicándolo, dependiendo de la variedad que estemos cultivando (de ahí la importancia de buscar toda la información posible sobre nuestras variedades antes de cultivarlas).
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Después comenzarán a formar flores que con el tiempo se convertirán en hermosos cogollos. Durante esta etapa es importante usar un abono especifico de floración, bien sea guano de murciélago o cualquier producto preparado ?BIO? que nos recomienden en nuestro grow.
La iluminación más adecuada para este ciclo es el vapor de sodio de alta presión (HPS) pues aporta bastante más nivel de rojo que las lámparas de Halogenuros Metálicos, beneficiando así nuestras plantas. Podéis usar el sodio desde el primer día de floración o a partir de la segunda/tercera semana de floración, es indiferente. Por supuesto se puede florar con bajo consumo, tubos fluorescentes o leds, también con la lámpara de Halogenuros Metálicos que hemos usado durante el crecimiento, pero los resultados finales no serán los mismos. El sodio es sin lugar a dudas la iluminación más indicada para esta etapa.
Debemos controlar también el nivel de humedad, siendo recomendable situarlo entre el 40% ? 50%. Un nivel de humedad demasiado alto beneficiaría la aparición de hongos y plagas, por lo que no es nada recomendable realizar el ciclo de floración con un nivel de humedad elevado.
Existen mil tipos de aditivos que prometen mayores cogollos, mejor sabor, más potencia, etc?. No entraré a detallarlos todos aunque sí os invito a realizar alguna prueba si ya los tenéis en casa. Dejad un ejemplar sin aplicarle estos aditivos y aplicádselos a otro de la misma variedad, a ver si el resultado es el que prometen?. o por el contrario, ambos ejemplares floran correctamente. No os dejéis engañar con la falsa publicidad de muchos productos. Haced la prueba que os comento. Es sencillo y entretenido, así observaréis los resultados por vosotros mismos.
Las plantas de cannabis, cuando comienzan a engordar sus cogollos, demandan principalmente fósforo y potasio. Es por ello que un abono de floración rico en PK será lo único que realmente necesitéis, aunque nunca está de más aplicar de vez en cuando alguna solución enzimática, bien comprada en un grow o fabricada de forma casera, como ya comentamos en números anteriores. Durante este ciclo, es recomendable usar un ph de 6,4, para que la planta asimile mejor el fósforo y potasio.
El ciclo de floración en este tipo de variedades (Índicas/Híbridos pred. Índica), suele rondar las 8 o 9 semanas, por lo que no desesperéis y observad tranquilamente cómo van formándose los cogollos, engordando y madurando. Si no disponéis de un microscopio para ver la maduración de los tricomas y saber cuándo cortar, basaos en el tiempo que os indiquen en el banco de semillas o en los pistilos. Cuando el 75% está maduro, la planta suele estar en su punto .
Un pequeño truco para que las plantas resinen bien es bajarles la temperatura ambiente durante los últimos diez días. Intentad bajar la temperatura a unos 10º durante estos últimos días y veréis cómo se incrementa el nivel de resina abundantemente.
Antes de entrar en materia sobre germinación, crecimiento o floración, debemos tener muy claro qué variedades queremos cultivar. Las variedades Índicas o con predominancia Índica son aquellas que por lo general, presentan una floración corta (entorno a las ocho semanas desde que cambiamos el ciclo lumínico a 12/12) y que apenas doblan su altura durante esa etapa.
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Los híbridos son una caja de sorpresas, pueden mostrar las características de las variedades Índicas o por el contrario de las variedades Sativas, por lo que aventurarse a dar datos sobre cualquier Híbrido sin conocer sus parentales es sencillamente inapropiado. Por lo general presentan una floración media, que puede rondar desde las ocho a las diez semanas aunque depende mucho de cada variedad.
Tanto las variedades Índicas como las variedades Híbridas con predominancia Índica son las más recomendadas para cultivadores nobeles o experimentados, siempre que hablemos de cultivo de interior, dada su facilidad de cultivo y su corta floración. Conocer todos los datos de la variedad que queremos cultivar es sumamente importante, ya que podremos darles una altura determinada durante el crecimiento para saber con qué altura terminarán el ciclo de floración, teniendo presente la altura del espacio de cultivo con la que contamos.
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Por poner un ejemplo, la variedad Big Bang, Índica dobla su altura durante el periodo de floración, por lo que podemos mantenerla en periodo de crecimiento hasta que tenga unos treinta centímetros de altura, sabiendo que cuando termine la floración ningún ejemplar superará los sesenta centímetros de media, respetando así la altura máxima de nuestro indoor y pudiendo dejar una distancia óptima entre lámpara y puntas.
Las variedades Sativas, o Híbridos con predominancia Sativa, son las menos recomendadas para los cultivadores nobeles, dada su complejidad. Estas variedades crecen desmesuradamente durante la etapa de floración, algo que puede ser un gran inconveniente si contamos con una limitación de altura (los 2 metros que suele medir un indoor, es una limitación de altura importante, creedme).
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Además estas variedades suelen presentar unos periodos de floración muy largos, que pueden ir desde las diez a las catorce o quince semanas de floración, por lo que precisan muchos cuidados. Estas variedades sólo son recomendadas para cultivadores experimentados o cultivos en exterior.
Investigar un poco sobre la variedad que tengamos pensado cultivar no sólo nos facilitará los datos para darles una correcta altura durante la etapa de crecimiento, sino que nos orientará sobre qué cantidad de nutrientes debemos aportarles y qué tiempo de floración estimado tendrán. Perder unos pocos minutos para investigar estos datos nos ahorrará muchas complicaciones durante el cultivo. Los propios bancos de semillas (o empresas suministradoras de semillas) ofrecen por lo general toda esta información en sus páginas web.
Si tenéis pensado cultivar varias variedades simultáneamente, procurad que todas estiren más o menos lo mismo durante el ciclo de floración, así evitaréis montar una selva indomable en vuestro indoor. Una vez elegida la variedad o variedades a cultivar y anotados todos los datos importantes que podamos encontrar sobre ellas por la red, es hora de comenzar.
GERMINACIÓN
Aunque el proceso de germinación es sumamente sencillo, existen varios consejos que pueden ayudarnos a obtener un porcentaje de éxito muy elevado. Por lo general, poner una semilla en el sustrato y regar es suficiente para que nuestras pequeñas abran dando lugar a la plántula, aunque con este sencillo sistema no obtendremos el alto porcentaje de germinación que podríamos obtener siguiendo los siguientes consejos.
Poner las semillas en un vaso de agua con una cucharada pequeña de agua oxigenada durante unas doce horas ayudará enormemente a una correcta germinación. Este proceso de escarificación ablandará el pericarpio de las semillas facilitando así la salida de la radícula seguida por la plántula.
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El agua oxigenada eliminará también posibles patógenos que pueda contener el agua. Es recomendable dejar el vaso con el agua y las semillas en un lugar templado, donde la temperatura media ronde los 24º. Existe una ridícula leyenda urbana, que dice que las semillas que no se hunden en el agua siguiendo este procedimiento no germinarán. No hagáis caso de este tipo de leyendas urbanas que no hacen más que confundir a los cultivadores menos experimentados.
Una vez transcurridas las doce horas en remojo, podemos pasar las semillas con mucho cuidado a un tupper donde previamente habremos colocado una servilleta de papel humedecida a modo de cama, depositando las semillas encima, sin necesidad de cubrirlas por otra capa de papel húmedo.
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El tupper debemos dejarlo cerrado para que mantenga la humedad en su interior. Un lugar oscuro y templado (sobre los 24º) es el idóneo para guardar el tupper durante veinticuatro o cuarenta y ocho horas, tiempo que tomará la semilla para mostrar una radícula prolongada de entre dos a cuatro centímetros, por lo general.
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El papel de cocina o servilleta de papel que hemos depositado en el interior del tupper a modo de cama, no debe estar nunca encharcado, pues se pudrirían las semillas y raíces. Éste debe estar sólo humedecido. Tampoco debéis usar nunca algodón para germinar, las raíces se enredarían en éste y sería muy complicado desprenderlas, llegando a romperse.
Mantener una temperatura que ronde los 24º de media durante todo el proceso de germinación es sumamente importante, ya que ayudará a las semillas a salir del estado de latencia o dormancia, muy acusado en semillas conservadas en climas fríos o en neveras (todos los grows deberían mantener sus semillas en neveras, para una correcta conservación de las mismas).
Una vez transcurrido este tiempo y observado que las semillas han mostrado sus radículas, procederemos a la siembra de las mismas, con muchísimo cuidado para no dañarlas, ya que en este estado son sumamente sensibles. Es aquí, cuando comienza el periodo de crecimiento.
CRECIMIENTO
Antes de entrar en materia con el crecimiento, debemos haber seleccionado un buen sustrato orgánico para sembrar nuestras recién germinadas semillas. Para los cultivadores con algo de experiencia, recomiendo sin lugar a dudas cultivar en coco, un medio inorgánico que nos ayudará a controlar todos los parámetros nutricionales de nuestras plantas, pero para cultivadores nobeles o que simplemente no quieran calentarse tanto la cabeza, un buen sustrato orgánico como el que podemos encontrar en cualquier grow, de Canna o Atami, es sin duda la mejor opción.
Dentro de esta opción, que es la que trabajaremos en el artículo con el fin de no complicar en exceso el cultivo, tenemos otras dos opciones: adquirir tierra ?Light? o ?Pre-Abonada?. La primera opción es la que recomiendo, aunque ambas son válidas.
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La primera viene con un porcentaje de nutrientes medio-bajo, dejando en nuestras manos abonar cuando lo estimemos oportuno. La segunda viene con una carga extra de nutrientes, poco recomendada dependiendo de qué variedades estemos cultivando. Así pues, supongamos que hemos elegido la opción de comprar un saco de tierra ?light? para comenzar con nuestro cultivo.
No os calentéis la cabeza con mezclas caseras de humus, tierra, arlita y lo que se os vaya ocurriendo. Los sustratos que venden en los grows vienen perfectamente equilibrados para el cultivo de cannabis y no precisan de ningún extra inicial. Una vez tenemos el sustrato preparado en pequeñas macetas o vasos de plástico con el fondo agujereado para que el agua de riego drene correctamente, podemos sembrar las semillas germinadas y comenzar con el primer ciclo de la etapa de crecimiento: ?los diez primeros días?.
Durante estos primeros diez días, que comienzan a contarse desde que sembramos las semillas ya con raíz en el sustrato, no es necesario aportar una iluminación intensa a nuestro cultivo. Con cualquier lámpara de bajo consumo (de unos 25w) o algunos tubos fluorescentes, podremos iluminar los cotiledones de nuestras pequeñas y su primer par de falsas hojas.
Es importante mantener un ciclo de iluminación constante, que puede ser de veinticuatro horas continuas de luz o de dieciocho horas de luz y seis de oscuridad, para ahorrar un poco en electricidad. Este horario lumínico debemos mantenerlo durante todo el ciclo de crecimiento para no estresar a nuestras pequeñas. La humedad del interior del armario de cultivo debe rondar el 60% ? 70% durante todo el crecimiento. De esta forma la planta se hidratará correctamente y crecerá a buen ritmo.
Una vez transcurridos los diez primeros días, cuando nuestras pequeñas ya hayan abierto su primer par de falsas hojas y comiencen a crecer buscando formar nudos, es hora de comenzar con una iluminación decente . Aunque los tubos fluorescentes o las bombillas de bajo consumo son una opción válida y bastante utilizada, no hay nada mejor para este periodo de crecimiento que una lámpara de Halogenuros Metálicos (HM), que podremos acoplar en la mayoría de los casos al balastro que tenemos preparado para el ciclo de floración.
Estas lámparas (HM) ofrecen una luz blanca ? azulada que favorece una distancia internodal corta y un desarrollo espectacular de la materia vegetal. Por contra aportan bastante calor, al igual que los sodios, por lo que habrá que regular su altura de forma que en las puntas de nuestras plantas nunca se superen los 27º (Se puede crecer hasta con 35º, pero el desarrollo es mucho más lento ya que la planta lucha por no deshidratarse, dedicando mucha menos energía al crecimiento).
No es necesario abonar durante las tres ? cuatro primeras semanas de crecimiento, ya que el sustrato aunque sea ?light? contiene todos los nutrientes necesarios para esta primera fase de desarrollo. Un medidor de PH es de uso obligado, para corregir la acidez del agua de riego nivelándola a 6,2. De esta forma la planta podrá absorber bien los nutrientes que necesita del sustrato. Un nivel inadecuado de la acidez (ph) puede ocasionar un crecimiento desastroso, una continua muestra de carencias en nuestra planta por no poder absorber bien los nutrientes, incluso deformaciones o la muerte de nuestras pequeñas.
Los riegos deben ser cuidadosos. Durante los primeros días podemos usar un pulverizador para humedecer el sustrato (ojo, no encharcarlo o las raices se pudrirán) y una vez las raíces hayan colonizando el primer pequeño contenedor (o vaso de plástico) se hará un trasplante a contenedores de más capacidad. Con esto se busca estimular al máximo el desarrollo radicular de nuestras plantas, ya que una planta con un buen sistema radicular podrá nutrirse adecuadamente cuando más lo necesite, que suele ser durante el periodo de floración (durante la floración, la planta apenas dedica energía a expandir su sistema radicular, es por ello que debemos estimularlo todo lo posible durante el crecimiento).
No penséis que por abonar antes vuestras plantas van a crecer más rápido o fuertes. Eso es completamente falso. En mi modesta opinión sólo debemos abonar cuando la planta lo demande, cosa que hará mostrando alguna carencia en sus hojas. Es mucho mejor que la planta muestre carencias y entonces abonarla, que abonarla sin necesidad pudiendo crear un episodio de sobrefertilización. Por lo general y usando un sustrato ?Light?, el primer abonado debe darse a partir de la tercera semana de vida. Sí que es recomendable, aunque no en todos los riegos, añadir algún estimulador de raíz.
¿Cuánto tiempo debe durar la etapa de crecimiento? Un mínimo de cuatro semanas. Esto tiene una explicación muy sencilla. Las plantas de cannabis de variedades Índicas o Híbridos con predominancia Índica tardan este tiempo en madurar sexualmente. Si les cambiamos el ciclo lumínico (ponerlas a floración a 12/12) antes de que maduren sexualmente, no comenzarán a florecer, sino que estirarán mucho creando una distancia internodal demasiado amplia en busca de luz. Hay cultivadores que comienzan con un ciclo lumínico de 12/12 desde que germinan, con la errónea idea de que así comenzarán antes a florar, aunque la única realidad es que sus plantas estarán mucho más espigadas pero no florecerán antes por ello.
Otra ventaja de darles un ciclo de crecimiento mínimo de cuatro semanas, es que las plantas sexarán. Esto significa que mostrarán su sexo sin necesidad de que hayan comenzado a florar, algo realmente útil si partimos de semillas regulares y no feminizadas. Podéis ver cómo es el sexado de una planta en la imagen adjunta. El tiempo máximo de crecimiento depende ya de la altura mínima con la que queramos comenzar la floración, teniendo presente que como mínimo, la planta doblará su tamaño por lo general durante el ciclo de floración.
Dado que durante la floración la planta hará un gran esfuerzo en crecer durante las primeras semanas, es conveniente abonar nuestras pequeñas antes de cambiarles el ciclo lumínico. Para los cultivos en tierra (sustrato orgánico), lo mejor con diferencia son los abonos naturales, humus de lombriz o cualquier preparado ?BIO? que nos recomienden en nuestro grow de confianza.
FLORACIÓN
Es aquí, en este ciclo del cultivo, donde veremos los resultados de todo el esfuerzo que hemos realizado durante la germinación y crecimiento de nuestras pequeñas. La floración comienza cuando cambiamos el ciclo lumínico de nuestras plantas de 24/0 o 18/6 a 12/12, teniendo doce horas de luz y doce de absoluta oscuridad.
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Sé que es muy tentador asomarse a mirar las plantas cuando están el ciclo de oscuridad, o mostrarlas a algún amigo cultivador que ha ido de visita, pero no es nada recomendable pues el más mínimo ápize de luz puede estresar nuestras plantas ocasionando hermafroditismos o retrasos en la floración. Cuidad bien de que durante el ciclo de oscuridad no haya ningún piloto encendido dentro del indoor (por ejemplo el del interruptor de las regletas / ladrones).
Existe una leyenda urbana que dice que las plantas no absorben la luz verde y que con una luz verde podemos iluminarlas durante su ciclo de oscuridad sin que suceda nada. Esto es completamente incierto, si bien es cierto que la luz verde es la que más refleja y menos asimila, también es cierto que no pasa desapercibida para nuestras plantas, por lo que las estresará.
Durante las tres primeras semanas de floración, nuestras plantas crecerán bastante, doblando su tamaño o triplicándolo, dependiendo de la variedad que estemos cultivando (de ahí la importancia de buscar toda la información posible sobre nuestras variedades antes de cultivarlas).
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Después comenzarán a formar flores que con el tiempo se convertirán en hermosos cogollos. Durante esta etapa es importante usar un abono especifico de floración, bien sea guano de murciélago o cualquier producto preparado ?BIO? que nos recomienden en nuestro grow.
La iluminación más adecuada para este ciclo es el vapor de sodio de alta presión (HPS) pues aporta bastante más nivel de rojo que las lámparas de Halogenuros Metálicos, beneficiando así nuestras plantas. Podéis usar el sodio desde el primer día de floración o a partir de la segunda/tercera semana de floración, es indiferente. Por supuesto se puede florar con bajo consumo, tubos fluorescentes o leds, también con la lámpara de Halogenuros Metálicos que hemos usado durante el crecimiento, pero los resultados finales no serán los mismos. El sodio es sin lugar a dudas la iluminación más indicada para esta etapa.
Debemos controlar también el nivel de humedad, siendo recomendable situarlo entre el 40% ? 50%. Un nivel de humedad demasiado alto beneficiaría la aparición de hongos y plagas, por lo que no es nada recomendable realizar el ciclo de floración con un nivel de humedad elevado.
Existen mil tipos de aditivos que prometen mayores cogollos, mejor sabor, más potencia, etc?. No entraré a detallarlos todos aunque sí os invito a realizar alguna prueba si ya los tenéis en casa. Dejad un ejemplar sin aplicarle estos aditivos y aplicádselos a otro de la misma variedad, a ver si el resultado es el que prometen?. o por el contrario, ambos ejemplares floran correctamente. No os dejéis engañar con la falsa publicidad de muchos productos. Haced la prueba que os comento. Es sencillo y entretenido, así observaréis los resultados por vosotros mismos.
Las plantas de cannabis, cuando comienzan a engordar sus cogollos, demandan principalmente fósforo y potasio. Es por ello que un abono de floración rico en PK será lo único que realmente necesitéis, aunque nunca está de más aplicar de vez en cuando alguna solución enzimática, bien comprada en un grow o fabricada de forma casera, como ya comentamos en números anteriores. Durante este ciclo, es recomendable usar un ph de 6,4, para que la planta asimile mejor el fósforo y potasio.
El ciclo de floración en este tipo de variedades (Índicas/Híbridos pred. Índica), suele rondar las 8 o 9 semanas, por lo que no desesperéis y observad tranquilamente cómo van formándose los cogollos, engordando y madurando. Si no disponéis de un microscopio para ver la maduración de los tricomas y saber cuándo cortar, basaos en el tiempo que os indiquen en el banco de semillas o en los pistilos. Cuando el 75% está maduro, la planta suele estar en su punto .
Un pequeño truco para que las plantas resinen bien es bajarles la temperatura ambiente durante los últimos diez días. Intentad bajar la temperatura a unos 10º durante estos últimos días y veréis cómo se incrementa el nivel de resina abundantemente.