Rojo libanés (auténtico)

[Esquilache]

Hola amigos.
Hace años, durante la guerra civil de El Líbano, estuve trabajando allí como reportero. Tuve la oportunidad, repleta de dificultades, de visitar los campos de rojo libanés del valle de la Bekaa. Desde que acabó la guerra no he vuelto a encontrar esta genética y, la verdad, es que me encantaría encontrarla. En aquellos tiempos me jugué el tipo para llegar allí puesto que el partido de Alá (Hezbollah) se dedicaba a secuestrar a cualquier occidental que cometiera la locura de adentrarse por aquellos lugares.
En la actualidad no encuentro ningún banco que produzca esta mata de estricto secano y que sirve sólo para polen. Mr Hide Seeds está intentando hacerse con unos esquejes a través de Israel. Pero lo cierto es que echo de menos esta planmta...y mucho.
Os dejo unas fotos entre las que incluyo mi libro en el que narro mis experiencias allí y en otros lugares. ¡Ojalá vuelva esta planta!

[blacky]

buena experiencia esa amigo, estaria bien que contases anecdotas a nuestros foreros, e incluso podemos ayudarte a difundirlas

[Esquilache]

Muchas gracias, blacky. Sin duda alguna lo haré. De hecho, comienzo ya.
Antes de nada quiero decir que el cannabis es , para mí, una de las muchas especies vegetales de este mundo. Y aauque me encanta en todos los sentidos, para mí es otro más de los milagros con que nuestro planeta nos maravilla.
Soy un consumidor muy moderado y creo que esta moderación me ayuda aa la hora de apreciar las virtudes de cada genética. Hace 6 días que me fumé mi último canuto. De esta manera no desarrollo tolerancia y eso me permite ser más objetivo a la hora de apreciar las diferentes propiedades de cada genética.
Dicho esto, voy a ccomentar acerca de las variedades autóctonas que he encontrado en Afganistán; concretamente en los valles del Hindu Kush y de las faldas de las montañas himalayas.
Fue mi primer contacto con el charas, también conocido como "resina ordeñada". En mi libro cuento esta experiencia. Durante mi juventud me pateé todo Oriente en busca de "problemas" y me topé con los jihadistas, también conocidos como talibanes. Compartí con ellos semanas en las montañas, combatiendo (ellos, yo sólo fotografiaba y escribía sobre lo que veía) contra los "infieles".
Gracias aa buenos contactos me permitieron compartir con ellos su guerra santa (vaya necedad) y, al final, me expulsaron porque decían que les minaba lo moral. ¿Por qué? Porque cuando ellos dejaban de disparar sus kalasnikov y lanzamisiles, yo me dedicaba a hacerme un canuto mientras escuchaba rock n roll (por supuesto con auriculares).
Adjunto esta foto en la que me señalo ya que, tras semanas en las cuevas y sin ducharte ni afeitarte, todos nos parecemos. Y a continuación cuento cómo descubrí el mejor charas que jamás he fumado...

[Esquilache]

En efecto, estuve muchos meses pateando estas montañas. Allí descubrí cómo ordeñar el cannabis. En algunos valles a más de 2500 metros de altitud, los nativos cultivan cannabis. Cuando ya está maduro, en vez de cosecharlo para obtener marihuana, simplemente cogen los cogollos y los frotan entre las palmas de las manos. Es una labor agotadora que exije mucha paciencia y manos pequeñas y delicadas. Por este motivo, los auténticos expertos son siempre las mujeres y los niños.
A base de ffrotar y frotar, la resina se te va quedando en las palmass y dedos de las manos. Yo abandoné adespués de 20 minutos y no conseguir casi nada. Pero me quedé extasiado viendo a niños y mujeres que, en el mismo tiempo que yo, obtenían bolitas de la mejor resina que había visto en mi vida.
Normalmente se reúen en los días soleados y todos los miembros de la familia ordeñan incansablemente. Con una navaja retiran la resina y la amasan con los dedos para darles la forma que deseeen; normalmente bolas.
El efecto es muy intenso y placentero. Hasta el punto de que a mí me hacía olvidar el acojone que tenía cuando llovían misiles a nuestro alrededor y era inevitable verte rodeado de cadáveres reventados por la metralla. Yo era joven y la política internacional siempre ha sido mi pasión. Hoy en día sería incapaz de repetirlo pero gracias a aquella obsesión por intentar comprender aquella locura que llevaba a los hombres a masacrarse entre ellos en el nombre de Dios, Alá o como queiran llamarle, tuve la ocasión de disfrutar de momentos incomparables de paz absoluta degustando la mejor resina de esta bendita planta.
Hasta siempre.