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Estos ingleses son la hostia.
En el año 2004 deciden ?rebajar? la criminalidad del cannabis de clase B a clase C. La clase A es el jamaro, el perico, los tripis y cosas así. La B son las anfetas y similares. La C la ketamina y algún tranquilizante flojucho. La diferencia claro, son las penas de talego y las multas.
El caso es que en 2008 llega la nueva ministra y propone que deberían volver a ponerlo en clase B porque el skunk está mu rico. Recuerden, estamos en Reino Unido, en España esta noticia ya hubiese terminado, hubiesen hecho lo que les sale la puntal carajo pasando de la gente como de la mierda.. El caso es que la ministra nombra un equipo de científicos, con el eminente y objetivo profesor Nutt al frente, en calidad de Head of the Advisory Council for the Misuse of Drugs, la máxima autoridad científica británica al respecto, similar en transcendencia al Zar Antidroga en lo policial, para que examine ampliamente el asunto, haga experimentos y presente un informe al respecto.
Llega el informe, en el cual especifica que sería un craso error reclasificarlo a B. La evidencia científica es precisa, se basa en cifras y hechos, no en conjeturas ni opiniones pseudo-astrológicas sobre ?lo que puede ocurrir si?. Calculando sobre una base que el skunk estaba presente en el consumo desde hacía diez años, no se apreció ninguna figura que indicase una alteración en el número de incidencias relativas a, por ejemplo, la esquizofrenia, tan aireada últimamente. Durante ese tiempo, y en conjunto, que el cannabis por si solo NO presentaba un riesgo apreciable que aconsejara un endurecimiento de la regulación, y asímismo aportó pruebas científicas de que este hecho SI alteraría las pautas de consumo. Literalmente dijo en su conclusión ?agravar la situación legal en ningún caso va a erradicar su consumo, la evidencia aplastante es que el efecto es radicalmente el contrario?.
Leído y estudiado el informe, que se suma a otro por parte de la Metropolitan Police en similares líneas a las del profesor Nutt. La policía británica considera un obstáculo perseguir el consumo de cannabis, al ser los elementos perseguidos en la mayoría de los casos ajenos a otros tipos de criminalidad y por tanto desaconseja la recalificación. En un sondeo interno, los bobbies estaban mayoritariamente de acuerdo con esa misma postura.
Por su parte, distintos representantes de grupos de derechos humanos se adhieren a la opinión de policía y ciencia, y consideran un paso atrás en el desarrollo de los derechos civiles, alegando que desde la reclasificación a clase C el número de consumidores se ha mantenido e incluso disminuido en adolescentes, aumentando la edad de comienzo. Es decir, que las nuevas campañas estaban surtiendo efecto por primera vez desde su utilización para la lucha contra la droga.
El gobierno británico, laborista él, en boca de la ministra que sabe más que nadie, se pasa por la pipa del coño todas las opiniones y reclasifica el cannabis como clase B, dejando claro que ni ciencia, ni policía, ni grupos sociales saben más de esto que ella, la superwoman Jacquie, Jesucrista y Salomona todo en una.
El nombrado científico se queda boquiabierto escuchando la interpretación de su informe, tanto así que inmediatamente hace unas declaraciones especificando punto por punto los resultados del informe y las incongruentes majaderías infundadas que la ministra añadió en un nuevo significado de la palabra interpretación.
El flamante profesor Nutt acaba de recibir una carta anunciando su destitución, alegando que ya no tienen confianza en su criterio. El tipo flipa, dice que desde un principio su intención es ayudar aportando un trabajo científico, que nadie le había pedido que abogase por una postura moral o de conveniencia política y que por tanto llevó a cabo la función, lo mismo que su eminente equipo, con el máximo rigor de datos.
Al Chief de Scotland Yard le han debido hartar de caramelos, puesto que no ha hecho otro comentario que su labor es aplicar la ley tal como se decide en el consejo de ministros.
Que no quieren dejarnos fumar porros tranquilos, hostia, ¿es que no lo entendéis? Y digo yo, haciendo un ejercicio de imaginación, ¿de qué hablarán cuando toman estas decisiones en privado? ¿por qué patrones se regirán, o qué patrones les regirán?
En el año 2004 deciden ?rebajar? la criminalidad del cannabis de clase B a clase C. La clase A es el jamaro, el perico, los tripis y cosas así. La B son las anfetas y similares. La C la ketamina y algún tranquilizante flojucho. La diferencia claro, son las penas de talego y las multas.
El caso es que en 2008 llega la nueva ministra y propone que deberían volver a ponerlo en clase B porque el skunk está mu rico. Recuerden, estamos en Reino Unido, en España esta noticia ya hubiese terminado, hubiesen hecho lo que les sale la puntal carajo pasando de la gente como de la mierda.. El caso es que la ministra nombra un equipo de científicos, con el eminente y objetivo profesor Nutt al frente, en calidad de Head of the Advisory Council for the Misuse of Drugs, la máxima autoridad científica británica al respecto, similar en transcendencia al Zar Antidroga en lo policial, para que examine ampliamente el asunto, haga experimentos y presente un informe al respecto.
Llega el informe, en el cual especifica que sería un craso error reclasificarlo a B. La evidencia científica es precisa, se basa en cifras y hechos, no en conjeturas ni opiniones pseudo-astrológicas sobre ?lo que puede ocurrir si?. Calculando sobre una base que el skunk estaba presente en el consumo desde hacía diez años, no se apreció ninguna figura que indicase una alteración en el número de incidencias relativas a, por ejemplo, la esquizofrenia, tan aireada últimamente. Durante ese tiempo, y en conjunto, que el cannabis por si solo NO presentaba un riesgo apreciable que aconsejara un endurecimiento de la regulación, y asímismo aportó pruebas científicas de que este hecho SI alteraría las pautas de consumo. Literalmente dijo en su conclusión ?agravar la situación legal en ningún caso va a erradicar su consumo, la evidencia aplastante es que el efecto es radicalmente el contrario?.
Leído y estudiado el informe, que se suma a otro por parte de la Metropolitan Police en similares líneas a las del profesor Nutt. La policía británica considera un obstáculo perseguir el consumo de cannabis, al ser los elementos perseguidos en la mayoría de los casos ajenos a otros tipos de criminalidad y por tanto desaconseja la recalificación. En un sondeo interno, los bobbies estaban mayoritariamente de acuerdo con esa misma postura.
Por su parte, distintos representantes de grupos de derechos humanos se adhieren a la opinión de policía y ciencia, y consideran un paso atrás en el desarrollo de los derechos civiles, alegando que desde la reclasificación a clase C el número de consumidores se ha mantenido e incluso disminuido en adolescentes, aumentando la edad de comienzo. Es decir, que las nuevas campañas estaban surtiendo efecto por primera vez desde su utilización para la lucha contra la droga.
El gobierno británico, laborista él, en boca de la ministra que sabe más que nadie, se pasa por la pipa del coño todas las opiniones y reclasifica el cannabis como clase B, dejando claro que ni ciencia, ni policía, ni grupos sociales saben más de esto que ella, la superwoman Jacquie, Jesucrista y Salomona todo en una.
El nombrado científico se queda boquiabierto escuchando la interpretación de su informe, tanto así que inmediatamente hace unas declaraciones especificando punto por punto los resultados del informe y las incongruentes majaderías infundadas que la ministra añadió en un nuevo significado de la palabra interpretación.
El flamante profesor Nutt acaba de recibir una carta anunciando su destitución, alegando que ya no tienen confianza en su criterio. El tipo flipa, dice que desde un principio su intención es ayudar aportando un trabajo científico, que nadie le había pedido que abogase por una postura moral o de conveniencia política y que por tanto llevó a cabo la función, lo mismo que su eminente equipo, con el máximo rigor de datos.
Al Chief de Scotland Yard le han debido hartar de caramelos, puesto que no ha hecho otro comentario que su labor es aplicar la ley tal como se decide en el consejo de ministros.
Que no quieren dejarnos fumar porros tranquilos, hostia, ¿es que no lo entendéis? Y digo yo, haciendo un ejercicio de imaginación, ¿de qué hablarán cuando toman estas decisiones en privado? ¿por qué patrones se regirán, o qué patrones les regirán?
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