Tweet
Unas 600 personas están inscriptas en la Asociación de Estudios de Cannabis del Uruguay (AECU), una institución civil creada en 2012. Allí trabajan en la creación de clubes de membresía o son preparados para dedicarse al autocultivo.
Incluso, hay dos clubes que ya están funcionando, con 45 socios cada uno -el máximo que permite la ley-, y que ya cuentan con plantas de marihuana.
Sin embargo, el vocero de AECU, Juan Andrés Vaz, sostuvo a El País que "va a ser muy difícil hacer clubes de cultivadores con 45 socios, porque no dan los costos".
Según señaló Vaz, entre alquiler, gastos fijos y lo que requiere el cuidado de las plantas, "cada club gastará por mes cerca de 30.000 pesos".
En los dos clubes que ya están en funcionamiento hoy -y que hasta ayer se movían por fuera de la ley-, los socios pagan 560 pesos por mes (lo que hace un total de 25.200 pesos).
"Las experiencias que estamos haciendo hasta ahora, funcionan con importantes problemas financieros, advirtió el vocero de AECU, que aunque señaló que algunos socios trabajan más y otros menos, "por un tema de conocimiento", en los clubes no se pagan sueldos.
Las semillas que utilizan los clubes son "clones" de plantas de Vaz y otros autocultivadores que ya operan en Uruguay.
LA LEY.
El proyecto de legalización de la marihuana permite a los autocultivadores tener un límite de seis plantas o una producción de hasta 480 gramos y, además, habilita la creación de clubes de membresía que podrán tener entre 15 y 45 socios, y en total un máximo de 99 plantas.
Además, el Estado venderá marihuana a través de las farmacias a un precio de un dólar el gramo, lo que equivale a un cigarrillo grande o tres chicos, según señaló atrás el secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada, a El País.
Quienes quieran cultivar o comprar deberán anotarse en un registro cuyos datos no serán públicos. Un mes atrás, la asociación civil dirigida por Vaz contaba con 450 socios.