11.jpg
La prohibición de plantar cannabis no ha impedido que miles de uruguayos ya cultiven marihuana en sus hogares, encargando semillas por Internet y creando variedades.
La prohibición de plantar cannabis no ha impedido que miles de uruguayos ya cultiven marihuana en sus hogares, encargando semillas por Internet y creando sus propias variedades. Una vez legalizado el cannabis el gobierno busca que haya entre cuatro y seis tipos de marihuana en el país, algo difícil de controlar.
Aunque todavía se está estudiando qué semillas se cultivarán, la idea es utilizar de cuatro a seis tipos "porque hay algunos sectores de usuarios que son un tanto sibaritas", dijo a la AFP Julio Calzada, secretario general de la Junta Nacional de Drogas.
El proyecto que será votado la semana próxima prevé tres formas de acceder al cannabis, todos con limitaciones y tras registrarse: el autocultivo, el cultivo en clubes de membresía y el acceso a través de farmacias.
¿Cómo controlar cultivos privados?
Controlar a miles de autocultivadores despierta el escepticismo de quienes plantan, compran las semillas en el exterior a través de Internet o crean sus propias variedades y las intercambian con otros cultivadores.
"Para uso doméstico no puede haber control de las variedades que va a plantar el uruguayo promedio", opinó Juan Andrés Palese, un joven que instaló hace un año junto a dos socios, en pleno centro de Montevideo, un "grow shop".
Salvo semillas, su negocio ofrece todos lo necesario para cultivar cannabis, desde el sustrato ideal hasta fertilizantes, aditivos, lámparas o armarios para cultivo interior.
"¿Van a controlar las casas de 10.000 personas para que de verdad tengan las plantas que les permiten?", se preguntó.
La tienda de Palese -que ofrece solo productos legales y ya es representante en el país de dos marcas vinculadas al cultivo de cannabis- fue la primera de este tipo en Uruguay pero al menos otras dos siguieron sus pasos en los últimos meses.
Un banco discreto
El banco de semillas local "Pinar Seeds" ya ofrece -en forma discreta y a través de internet- granos de cannabis que, según su sitio web, "se comercializan con fines de coleccionismo y conservación hasta que la legislación permita su cultivo".
El banco afirma que llega "a Uruguay y a toda Sudamérica". Para hacer un pedido basta con depositar el dinero en una cuenta a nombre de un club social y deportivo y las semillas son enviadas en 48 a 72 horas.
El debate sobre las semillas se avivó en los últimos meses cuando algunos medios locales dijeron que detrás del proyecto de legalización de la marihuana estaba la multinacional Monsanto, con una semilla transgénica de cannabis que quería probar en Uruguay.
Según Calzada, "este tipo de hipótesis está fuera de la realidad".
"Uruguay no es un mercado para Monsanto para nada", indicó. Además, "Uruguay no tiene previsto cambiar su matriz productiva en materia agrícola vinculada al trigo, al maíz y la soja".
La prohibición de plantar cannabis no ha impedido que miles de uruguayos ya cultiven marihuana en sus hogares, encargando semillas por Internet y creando variedades.
La prohibición de plantar cannabis no ha impedido que miles de uruguayos ya cultiven marihuana en sus hogares, encargando semillas por Internet y creando sus propias variedades. Una vez legalizado el cannabis el gobierno busca que haya entre cuatro y seis tipos de marihuana en el país, algo difícil de controlar.
Aunque todavía se está estudiando qué semillas se cultivarán, la idea es utilizar de cuatro a seis tipos "porque hay algunos sectores de usuarios que son un tanto sibaritas", dijo a la AFP Julio Calzada, secretario general de la Junta Nacional de Drogas.
El proyecto que será votado la semana próxima prevé tres formas de acceder al cannabis, todos con limitaciones y tras registrarse: el autocultivo, el cultivo en clubes de membresía y el acceso a través de farmacias.
¿Cómo controlar cultivos privados?
Controlar a miles de autocultivadores despierta el escepticismo de quienes plantan, compran las semillas en el exterior a través de Internet o crean sus propias variedades y las intercambian con otros cultivadores.
"Para uso doméstico no puede haber control de las variedades que va a plantar el uruguayo promedio", opinó Juan Andrés Palese, un joven que instaló hace un año junto a dos socios, en pleno centro de Montevideo, un "grow shop".
Salvo semillas, su negocio ofrece todos lo necesario para cultivar cannabis, desde el sustrato ideal hasta fertilizantes, aditivos, lámparas o armarios para cultivo interior.
"¿Van a controlar las casas de 10.000 personas para que de verdad tengan las plantas que les permiten?", se preguntó.
La tienda de Palese -que ofrece solo productos legales y ya es representante en el país de dos marcas vinculadas al cultivo de cannabis- fue la primera de este tipo en Uruguay pero al menos otras dos siguieron sus pasos en los últimos meses.
Un banco discreto
El banco de semillas local "Pinar Seeds" ya ofrece -en forma discreta y a través de internet- granos de cannabis que, según su sitio web, "se comercializan con fines de coleccionismo y conservación hasta que la legislación permita su cultivo".
El banco afirma que llega "a Uruguay y a toda Sudamérica". Para hacer un pedido basta con depositar el dinero en una cuenta a nombre de un club social y deportivo y las semillas son enviadas en 48 a 72 horas.
El debate sobre las semillas se avivó en los últimos meses cuando algunos medios locales dijeron que detrás del proyecto de legalización de la marihuana estaba la multinacional Monsanto, con una semilla transgénica de cannabis que quería probar en Uruguay.
Según Calzada, "este tipo de hipótesis está fuera de la realidad".
"Uruguay no es un mercado para Monsanto para nada", indicó. Además, "Uruguay no tiene previsto cambiar su matriz productiva en materia agrícola vinculada al trigo, al maíz y la soja".