En Euskadi existen 72 asociaciones registradas, 54 de ellas operativas, con cerca de 10.000 usuarios con fines lúdicos y terapéuticos .
«Queremos dejar de parecer criminales y que no se nos estigmatice». Las operaciones policiales en plantaciones de marihuana realizadas en los últimos días en Gipuzkoa ha vuelto a poner el foco en la realidad de las asociaciones de usuarios de cannabis. Son clubes de consumo de marihuana con fines lúdicos, pero también con objetivos terapéuticos, que se mueven en una especie de limbo legal, en el que corren el riesgo de ser imputados por delitos contra la salud o por tráfico de drogas. Por este motivo, reclaman que «de una vez por todas» se acometa «una regulación integral» para que los usuarios «dejen de sentirse criminalizados», asegura Iker Val, presidente de la federación vasca de cannabis, Eusfac. Hoy, precisamente, se retoma en el Parlamento Vasco la ponencia para buscar una solución regulada de la actividad de las asociaciones.Esa es la reivindicación que persiguen los alrededor de 10.000 usuarios que forman parte de los clubes de cannabis repartidos por todo Euskadi. Según los datos oficiales, existen 72 asociaciones, si bien 50 estarían operativas (34 en Gipuzkoa, 12 en Araba y 6 en Bizkaia).
Una de ellas, la más importante en cuanto a volumen de usuarios aunque de reciente creación, se encuentra en Zarautz. The Weed Club es una asociación sin ánimo de lucro que agrupa a 900 asociados. Por tener, tienen hasta consulta médica. «Somos el único club de toda España que cuenta con un médico en plantilla, que atiende a las personas que buscan fines terapéuticos», explica Mikel Larrañaga, presidente de la asociación. La sede del club está en Zarautz, si bien la plantación, con 360 ejemplares adultos, se ubica en otro municipio.
Según explica Larrañaga, «actualmente nada está regulado. Las asociaciones nos basamos en una autorregulación. Es una situación de vació legal. Los clubes son legales pero los cultivos están en un limbo legal y también es ilegal el transporte. Por eso es necesaria una regulación total para que los usuarios de los clubes dejen de estar estigmatizados. Si las asociaciones son legales, creemos que se debería regular todo el entorno».
También reivindica una regularización Iker Val, presidente de la federación vasca de cannabis, Eusfac, y de la asociación Ganjazz Art Club, creada hace 12 años. «Nosotros trabajamos en una propuesta de una ley vasca integral del cannabis que regule tanto el consumo individual, para dar pautas de cuántas plantas puede tener una persona, como la actividad de las asociaciones y colectivos que se agrupan para consumir cannabis respetando los parámetros del código penal y del consumo compartido. Además, apostamos por el acceso al cannabis medicinal de calidad a través de una empresa regulada por el Gobierno Vasco», afirma.
Asimismo, Ganjazz trabaja en «colaboración con el Instituto Vasco de Criminología en la elaboración de una guía de buenas prácticas para los clubes de cannabis».
«Queremos dejar de parecer criminales y que no se nos estigmatice». Las operaciones policiales en plantaciones de marihuana realizadas en los últimos días en Gipuzkoa ha vuelto a poner el foco en la realidad de las asociaciones de usuarios de cannabis. Son clubes de consumo de marihuana con fines lúdicos, pero también con objetivos terapéuticos, que se mueven en una especie de limbo legal, en el que corren el riesgo de ser imputados por delitos contra la salud o por tráfico de drogas. Por este motivo, reclaman que «de una vez por todas» se acometa «una regulación integral» para que los usuarios «dejen de sentirse criminalizados», asegura Iker Val, presidente de la federación vasca de cannabis, Eusfac. Hoy, precisamente, se retoma en el Parlamento Vasco la ponencia para buscar una solución regulada de la actividad de las asociaciones.Esa es la reivindicación que persiguen los alrededor de 10.000 usuarios que forman parte de los clubes de cannabis repartidos por todo Euskadi. Según los datos oficiales, existen 72 asociaciones, si bien 50 estarían operativas (34 en Gipuzkoa, 12 en Araba y 6 en Bizkaia).
Una de ellas, la más importante en cuanto a volumen de usuarios aunque de reciente creación, se encuentra en Zarautz. The Weed Club es una asociación sin ánimo de lucro que agrupa a 900 asociados. Por tener, tienen hasta consulta médica. «Somos el único club de toda España que cuenta con un médico en plantilla, que atiende a las personas que buscan fines terapéuticos», explica Mikel Larrañaga, presidente de la asociación. La sede del club está en Zarautz, si bien la plantación, con 360 ejemplares adultos, se ubica en otro municipio.
Según explica Larrañaga, «actualmente nada está regulado. Las asociaciones nos basamos en una autorregulación. Es una situación de vació legal. Los clubes son legales pero los cultivos están en un limbo legal y también es ilegal el transporte. Por eso es necesaria una regulación total para que los usuarios de los clubes dejen de estar estigmatizados. Si las asociaciones son legales, creemos que se debería regular todo el entorno».
También reivindica una regularización Iker Val, presidente de la federación vasca de cannabis, Eusfac, y de la asociación Ganjazz Art Club, creada hace 12 años. «Nosotros trabajamos en una propuesta de una ley vasca integral del cannabis que regule tanto el consumo individual, para dar pautas de cuántas plantas puede tener una persona, como la actividad de las asociaciones y colectivos que se agrupan para consumir cannabis respetando los parámetros del código penal y del consumo compartido. Además, apostamos por el acceso al cannabis medicinal de calidad a través de una empresa regulada por el Gobierno Vasco», afirma.
Asimismo, Ganjazz trabaja en «colaboración con el Instituto Vasco de Criminología en la elaboración de una guía de buenas prácticas para los clubes de cannabis».