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Dos magnates, Soros y Rockefeller, cuya fortuna personal equivale al 50% del PIB anual de Uruguay, le dieron su apoyo al presidente José Mujica para llevar adelante su plan para regular la producción, venta y consumo de marihuana.
En 48 horas el presidente José Mujica se reunió en Nueva York con George Soros y David Rockefeller, dos de los hombres más poderosos y acaudalados del mundo. Entre ambos reúnen una fortuna personal de 25.000 millones de dólares, casi el 50% de lo que todo el Uruguay produce en un año. Con ambos el tema excluyente fue la legalización de la producción y venta de marihuana.
Mujica recibió la bendición de ambos magnates que a través de distintas fundaciones promueven la liberalización de la droga y apoyan el "experimento" o "laboratorio" que el gobierno realizará con la regulación del mercado del cannabis a partir de la producción por parte de privados con autorización del Estado y su venta controlada en farmacias.
David, de 98 años, es el patriarca de la familia y nieto del multimillonario John D. Rockefeller, fundador de la Standard Oil.
Tomando mate, Mujica conversó durante 45 minutos con Rockefeller en su mansión en el este de Nueva York.
"Venir a verlo a usted es para nosotros como cruzar el Rubicón, porque usted es el símbolo de una realidad, y nosotros siempre reconocemos las realidades", le dijo Mujica.
Tras la reunión -según consignó Presidencia- Mujica expresó que Rockefeller recuerda perfectamente que su padre había tenido una posición muy dura respecto de la Ley Seca en Estados Unidos. "Después que transcurrió algún tiempo y vio los efectos, cambió absolutamente y se fue para el otro lado. Se dio cuenta de que había sido un disparate por el efecto práctico. Entonces él tenía la preocupación intelectual de saber. Porque se da cuenta de que la política antidroga y antinarcotráfico que se aplica no da resultado", afirmó Mujica.
Rockefeller preguntó detalles del proyecto que promueve el Ejecutivo -resta sanción Senado- para regular la producción y venta de cannabis.
"Expresó que estaba viendo el tema de la ley de regulación de la marihuana, la información, y que tenía interés de conocer sobre este asunto. Yo me suponía que esa era la preocupación que tenía", subrayó Mujica. El día anterior había tenido un encuentro con George Soros (83 años), especulador financiero y filántropo multimillonario que también promueve la legalización de la marihuana a nivel global y ha tenido una activa participación a través de su fundación Open Society Foundation en la defensa de la ley en Uruguay colaborando en la financiación de la campaña televisiva de la ONG Consumo Responsable.
"Soros insiste en que la política general que se lleva con respecto al narcotráfico no da resultado", dijo Mujica tras el encuentro en el que le palmeó el hombro. "Como él (Soros) tiene influencia en algunas ONG importantes estuvo colaborando y va a seguir colaborando en eso, no conoce el Uruguay y lo va a conocer, nos preguntó qué pensaban los vecinos", afirmó el mandatario.
Tanto a Soros como a Rockefeller, Mujica les aclaró que su proyecto es un "experimento" que se puede hacer en Uruguay gracias a sus dimensiones. "La tesis central es arrebatarle el mercado al narcotráfico y tratar de identificar un público que consume, y que es clandestino, para no dejárselo al narcotráfico. Y que cuando detectemos que ese público se está pasando de la raya, poder atenderlo como enfermo", justificó Mujica ante ambos magnates.
ONU.
Consultado sobre la repercusión del discurso que realizó en la Asamblea de ONU, Mujica le bajó el perfil.
"Yo me fui a dormir, estaba cansadísimo, ¡yo qué sé si hubo repercusiones! Pienso que sí, que algo debe haber repercutido". Según informó Presidencia, el mandatario acotó que "es la continuación del discurso de Río, más largo, más pensado y, seguramente, se podría bifurcar en cuatro o cinco cosas, que están insinuadas pero hay que desarrollarlas".
Mujica dijo que su discurso es ahora trabajo "de analistas".
El vicepresidente de EE.UU. le expresó "profunda admiración"
El presidente José Mujica se reunió por algo más de una hora ayer en el famoso hotel Waldorf Astoria, en el corazón de Manhattan, con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, a quien acompañaba la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y dos asesores con los que charló de historia, de las relaciones internacionales, de la necesidad de evitar acciones que aumenten la desconfianza en la región y de la importancia que Uruguay da a poder ingresar al mercado estadounidense con productos agropecuarios.
Además de Mujica, estuvieron en la reunión el canciller Luis Almagro, el embajador en Estados Unidos, Carlos Pita, el representante uruguayo ante la ONU, José Luis Cancela, y el prosecretario de la Presidencia de la República, Diego Cánepa, quien contó a El País que Biden dijo que sentía "profundo respeto y admiración" por Mujica. "Biden dijo que no se lo decía por quedar bien y que el propio presidente Barack Obama había quedado impresionado con el mandatario uruguayo luego de conocerlo en Cartagena (Colombia)", dijo Cánepa. "También se habló de temas bilaterales que Mujica tocará con Obama cuando lo visite y de la necesidad de generar confianza para lo que no ayuda el espionaje", agregó.
En el encuentro también se analizó la importancia de profundizar los intercambios universitarios entre Uruguay y Estados Unidos y diversos asuntos de la agenda internacional como la guerra civil en curso en Siria.
Dos magnates, Soros y Rockefeller, cuya fortuna personal equivale al 50% del PIB anual de Uruguay, le dieron su apoyo al presidente José Mujica para llevar adelante su plan para regular la producción, venta y consumo de marihuana.
En 48 horas el presidente José Mujica se reunió en Nueva York con George Soros y David Rockefeller, dos de los hombres más poderosos y acaudalados del mundo. Entre ambos reúnen una fortuna personal de 25.000 millones de dólares, casi el 50% de lo que todo el Uruguay produce en un año. Con ambos el tema excluyente fue la legalización de la producción y venta de marihuana.
Mujica recibió la bendición de ambos magnates que a través de distintas fundaciones promueven la liberalización de la droga y apoyan el "experimento" o "laboratorio" que el gobierno realizará con la regulación del mercado del cannabis a partir de la producción por parte de privados con autorización del Estado y su venta controlada en farmacias.
David, de 98 años, es el patriarca de la familia y nieto del multimillonario John D. Rockefeller, fundador de la Standard Oil.
Tomando mate, Mujica conversó durante 45 minutos con Rockefeller en su mansión en el este de Nueva York.
"Venir a verlo a usted es para nosotros como cruzar el Rubicón, porque usted es el símbolo de una realidad, y nosotros siempre reconocemos las realidades", le dijo Mujica.
Tras la reunión -según consignó Presidencia- Mujica expresó que Rockefeller recuerda perfectamente que su padre había tenido una posición muy dura respecto de la Ley Seca en Estados Unidos. "Después que transcurrió algún tiempo y vio los efectos, cambió absolutamente y se fue para el otro lado. Se dio cuenta de que había sido un disparate por el efecto práctico. Entonces él tenía la preocupación intelectual de saber. Porque se da cuenta de que la política antidroga y antinarcotráfico que se aplica no da resultado", afirmó Mujica.
Rockefeller preguntó detalles del proyecto que promueve el Ejecutivo -resta sanción Senado- para regular la producción y venta de cannabis.
"Expresó que estaba viendo el tema de la ley de regulación de la marihuana, la información, y que tenía interés de conocer sobre este asunto. Yo me suponía que esa era la preocupación que tenía", subrayó Mujica. El día anterior había tenido un encuentro con George Soros (83 años), especulador financiero y filántropo multimillonario que también promueve la legalización de la marihuana a nivel global y ha tenido una activa participación a través de su fundación Open Society Foundation en la defensa de la ley en Uruguay colaborando en la financiación de la campaña televisiva de la ONG Consumo Responsable.
"Soros insiste en que la política general que se lleva con respecto al narcotráfico no da resultado", dijo Mujica tras el encuentro en el que le palmeó el hombro. "Como él (Soros) tiene influencia en algunas ONG importantes estuvo colaborando y va a seguir colaborando en eso, no conoce el Uruguay y lo va a conocer, nos preguntó qué pensaban los vecinos", afirmó el mandatario.
Tanto a Soros como a Rockefeller, Mujica les aclaró que su proyecto es un "experimento" que se puede hacer en Uruguay gracias a sus dimensiones. "La tesis central es arrebatarle el mercado al narcotráfico y tratar de identificar un público que consume, y que es clandestino, para no dejárselo al narcotráfico. Y que cuando detectemos que ese público se está pasando de la raya, poder atenderlo como enfermo", justificó Mujica ante ambos magnates.
ONU.
Consultado sobre la repercusión del discurso que realizó en la Asamblea de ONU, Mujica le bajó el perfil.
"Yo me fui a dormir, estaba cansadísimo, ¡yo qué sé si hubo repercusiones! Pienso que sí, que algo debe haber repercutido". Según informó Presidencia, el mandatario acotó que "es la continuación del discurso de Río, más largo, más pensado y, seguramente, se podría bifurcar en cuatro o cinco cosas, que están insinuadas pero hay que desarrollarlas".
Mujica dijo que su discurso es ahora trabajo "de analistas".
El vicepresidente de EE.UU. le expresó "profunda admiración"
El presidente José Mujica se reunió por algo más de una hora ayer en el famoso hotel Waldorf Astoria, en el corazón de Manhattan, con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, a quien acompañaba la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y dos asesores con los que charló de historia, de las relaciones internacionales, de la necesidad de evitar acciones que aumenten la desconfianza en la región y de la importancia que Uruguay da a poder ingresar al mercado estadounidense con productos agropecuarios.
Además de Mujica, estuvieron en la reunión el canciller Luis Almagro, el embajador en Estados Unidos, Carlos Pita, el representante uruguayo ante la ONU, José Luis Cancela, y el prosecretario de la Presidencia de la República, Diego Cánepa, quien contó a El País que Biden dijo que sentía "profundo respeto y admiración" por Mujica. "Biden dijo que no se lo decía por quedar bien y que el propio presidente Barack Obama había quedado impresionado con el mandatario uruguayo luego de conocerlo en Cartagena (Colombia)", dijo Cánepa. "También se habló de temas bilaterales que Mujica tocará con Obama cuando lo visite y de la necesidad de generar confianza para lo que no ayuda el espionaje", agregó.
En el encuentro también se analizó la importancia de profundizar los intercambios universitarios entre Uruguay y Estados Unidos y diversos asuntos de la agenda internacional como la guerra civil en curso en Siria.