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Los dos condenados, vecinos de Vitoria, habían convertido un chalé de la localidad riojalteña en un 'invernadero' de cannabis
La calle Cervantes de Anguciana olía diferente. Era el verano del 2011 y entre los vecinos de la nueva zona residencial de la localidad riojalteña comenzó el 'runrún'. Era un olor diferente; intenso; como a orégano seco. Al final, la conclusión fue lógica: toda la zona de viviendas unifamiliares olía a marihuana. Como en la película británica... pero en La Rioja Alta. Hastiados del olor, los vecinos decidieron trasladar su inquietud al puesto de la Guardia Civil de Haro que desplazó hasta la zona a varios agentes no uniformados que, tras sus primeras pesquisas, dedujeron cuál era el chalet del que procedía el olor a marihuana.
Fruto de la investigación desarrollada a lo largo del verano del 2011, a principios de mayo del 2012 los agentes que participaron en el operativo vieron salir de la vivienda de la que emanaba el olor a los dos condenados, V.V.A., de 31 años y vecino de Vitoria, y a F.F.J., también vecino de la capital alavesa y de 32 años de edad, que se montaron en su vehículo y fueron interceptados cuando se disponían a abandonar la localidad.
En el registro del vehículo los agentes encontraron lo más parecido a un laboratorio móvil para cultivar marihuana: ocho bolsas de basura llenas de restos de plantas de marihuana; 26 sacos de 50 litros de sustrato ecológico específico para el cultivo de plantas de cannabis; otra bolsa con un bote lleno de agua que contenía 25 esquejes de plantas de marihuana; otra con programadores eléctricos y cajas de bombillas de alta potencia y luminosidad; material térmico y plásticos reflectantes a la luz... Todo lo necesario para el cultivo interior de marihuana.
El siguiente paso fue registrar el chalet. Tras obtener el permiso de su propietario (una tercera persona que no lo habitaba), los agentes de la Guardia Civil descubrieron que el interior se había convertido en un inmenso invernadero adaptado a las necesidades de las plantas: más de 400 tiestos de diverso tamaño; lamparas de sodio, calefactores, ventiladores, filtros de carbón activo, envasadoras, temporizadores, deshumidificadores, pulverizadores, abono para cannabis... y plantas de marihuana, ramas secas y cogollos. En total, los agentes intervinieron 1.060 gramos de droga.
En la sentencia, el juzgado de lo penal apunta que mientras utilizaron el chalet «los acusados habilitaron una instalación destinada al cultivo masivo de marihuana [...] para lo cual tapiaron las ventanas del sótano debido al olor que desprendían las plantas», aunque finalmente el olor fue, precisamente, su delator.
Cada uno de los acusados, que dieron su conformidad, han sido condenados a dos años de prisión y multa de 1.180 euros. La ausencia de antecedentes evitará su ingreso en prisión.
LOS HECHOS
Verano del 2011. Vecinos de la calle Cervantes de Anguciana denuncian olor a marihuana.
Investigación. La Guardia Civil vigila la zona y concluye cuál es el chalé del que emana el olor.
Mayo del 2012. Agentes de la Guardia Civil interceptan a dos personas que salen del chalé. Descubren un laboratorio para «cultivar de forma masiva marihuana».
Material incautado por la Guardia Civil durante la operación.:: G
La calle Cervantes de Anguciana olía diferente. Era el verano del 2011 y entre los vecinos de la nueva zona residencial de la localidad riojalteña comenzó el 'runrún'. Era un olor diferente; intenso; como a orégano seco. Al final, la conclusión fue lógica: toda la zona de viviendas unifamiliares olía a marihuana. Como en la película británica... pero en La Rioja Alta. Hastiados del olor, los vecinos decidieron trasladar su inquietud al puesto de la Guardia Civil de Haro que desplazó hasta la zona a varios agentes no uniformados que, tras sus primeras pesquisas, dedujeron cuál era el chalet del que procedía el olor a marihuana.
Fruto de la investigación desarrollada a lo largo del verano del 2011, a principios de mayo del 2012 los agentes que participaron en el operativo vieron salir de la vivienda de la que emanaba el olor a los dos condenados, V.V.A., de 31 años y vecino de Vitoria, y a F.F.J., también vecino de la capital alavesa y de 32 años de edad, que se montaron en su vehículo y fueron interceptados cuando se disponían a abandonar la localidad.
En el registro del vehículo los agentes encontraron lo más parecido a un laboratorio móvil para cultivar marihuana: ocho bolsas de basura llenas de restos de plantas de marihuana; 26 sacos de 50 litros de sustrato ecológico específico para el cultivo de plantas de cannabis; otra bolsa con un bote lleno de agua que contenía 25 esquejes de plantas de marihuana; otra con programadores eléctricos y cajas de bombillas de alta potencia y luminosidad; material térmico y plásticos reflectantes a la luz... Todo lo necesario para el cultivo interior de marihuana.
El siguiente paso fue registrar el chalet. Tras obtener el permiso de su propietario (una tercera persona que no lo habitaba), los agentes de la Guardia Civil descubrieron que el interior se había convertido en un inmenso invernadero adaptado a las necesidades de las plantas: más de 400 tiestos de diverso tamaño; lamparas de sodio, calefactores, ventiladores, filtros de carbón activo, envasadoras, temporizadores, deshumidificadores, pulverizadores, abono para cannabis... y plantas de marihuana, ramas secas y cogollos. En total, los agentes intervinieron 1.060 gramos de droga.
En la sentencia, el juzgado de lo penal apunta que mientras utilizaron el chalet «los acusados habilitaron una instalación destinada al cultivo masivo de marihuana [...] para lo cual tapiaron las ventanas del sótano debido al olor que desprendían las plantas», aunque finalmente el olor fue, precisamente, su delator.
Cada uno de los acusados, que dieron su conformidad, han sido condenados a dos años de prisión y multa de 1.180 euros. La ausencia de antecedentes evitará su ingreso en prisión.
LOS HECHOS
Verano del 2011. Vecinos de la calle Cervantes de Anguciana denuncian olor a marihuana.
Investigación. La Guardia Civil vigila la zona y concluye cuál es el chalé del que emana el olor.
Mayo del 2012. Agentes de la Guardia Civil interceptan a dos personas que salen del chalé. Descubren un laboratorio para «cultivar de forma masiva marihuana».
Material incautado por la Guardia Civil durante la operación.:: G