Algunos policías aprovecharon Growmed para incautar cannabis
?Si los perros hubiesen traído canes se hubieran vuelto locos? de tanta marihuana que ha entrado y se ha consumido en la Feria Growmed este fin de semana entre todos los asistentes.
La expresión es de una de las víctimas de los registros e incautaciones que la Policía Nacional ha desarrollado en controles a la entrada y en los aparcamientos del recinto ferial mediante un dispositivo desmesurado (sin canes, para facilitar la labor de propaganda y recaudación, pero con muchos vehículos).
En vez de investigar a los ladrones de la Generalitat, las Fuerzas de Seguridad del Estado practican la caza del fumeta. Una concentración de miles de consumidores de cannabis es un acontecimiento, un caramelito, que no se podían perder.
Algunos agentes han aprovechado para robar a los ciudadanos, se han quedado su hierba y no han propuesto sanción. La inseguridad jurídica que provoca la prohibición de comercializar marihuana legalmente favorece estos y otros abusos.
Por otra parte, se ha destinado muchos recursos para vender productos a los cultivadores, de los que se piensa obtener el máximo beneficio posible, y poco o nada se ha invertido en la defensa y protección de quien, al final, lo paga todo. Una normalidad crónica muy preocupante.
Apenas se ha hablado de injusticia en Growmed. Sólo Héctor Brotons, abogado cannábico cuyo Estudio Jurídico (Brotons & Albert) se compromete a realizar un fondo de resistencia para financiar procedimientos pesados, y Josep Pamiés, representante del movimiento para la legalización de la stevia y miembro de la Asociación Dulce Revolución, mostraron actitud.
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?Si los perros hubiesen traído canes se hubieran vuelto locos? de tanta marihuana que ha entrado y se ha consumido en la Feria Growmed este fin de semana entre todos los asistentes.
La expresión es de una de las víctimas de los registros e incautaciones que la Policía Nacional ha desarrollado en controles a la entrada y en los aparcamientos del recinto ferial mediante un dispositivo desmesurado (sin canes, para facilitar la labor de propaganda y recaudación, pero con muchos vehículos).
En vez de investigar a los ladrones de la Generalitat, las Fuerzas de Seguridad del Estado practican la caza del fumeta. Una concentración de miles de consumidores de cannabis es un acontecimiento, un caramelito, que no se podían perder.
Algunos agentes han aprovechado para robar a los ciudadanos, se han quedado su hierba y no han propuesto sanción. La inseguridad jurídica que provoca la prohibición de comercializar marihuana legalmente favorece estos y otros abusos.
Por otra parte, se ha destinado muchos recursos para vender productos a los cultivadores, de los que se piensa obtener el máximo beneficio posible, y poco o nada se ha invertido en la defensa y protección de quien, al final, lo paga todo. Una normalidad crónica muy preocupante.
Apenas se ha hablado de injusticia en Growmed. Sólo Héctor Brotons, abogado cannábico cuyo Estudio Jurídico (Brotons & Albert) se compromete a realizar un fondo de resistencia para financiar procedimientos pesados, y Josep Pamiés, representante del movimiento para la legalización de la stevia y miembro de la Asociación Dulce Revolución, mostraron actitud.
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