Respuesta: Relatos Cannabiscultura
A PARTIR DE AQUÍ CONTINUAMOS CON LOS RELATOS DE NOVIEMBRE 2010.
MIS DOS PRIMERAS PLANTAS
La propia historia que cuento la e vivido en mis carnes día tras día, porro tras porro, pensamiento tras pensamiento... Desde los orígenes de un fumador activo de cannabis hasta ahora, eh sabido valorar, opinar y mejorar la vida que se ah creado a mi alrededor. Ya sea eligiendo las diferentes personas con las que e vivido experiencias únicas eh irrepetibles como cada una de ellas me han enseñado puntos de vista diferente. Como diferentes sensaciones, sabores u olores me ah podido ofrecer la buena compañía de una planta de marihuana. Desde los comienzos de un fumeta, uno se da cuenta que la hipocresía esta presente, y te habla en forma de ley. Esta presente aun más cuando ves que a dos puertas de tu casa han abierto una tienda donde se venden productos y semillas para el cultivo de una planta que tu empiezas a conocer. Hipocresía respecto al producto en si, a desprestigiar los efectos positivos que te puede ofrecer y a la misma vez venderte productos para que mejores su calidad o producción pero sin parar de hablar de lo mala que es la planta.
Así pues un servidor di-ose cuenta que la mejor manera para no contribuir a las malas lenguas era cultivar su propia planta , una planta en la que no existiesen productos ni químicos ni biológicos que alterasen el sabor natural de dicha planta. Las dos macetas recibieron plantas con nombre y genética de Ak-47 y White Russian.
Las cuales tuvieron dificultades para crecer en paz y armonía, porque dejando ya de lado a la Ley con sus malas habladurías sobre esta planta, estas tuvieron que sobrevivir a base de esfuerzo y esperanza.
Esfuerzo porque el cultivador de dichas marihuanas ni mucho menos era un experto, sino que era un humilde hombrecillo de corta edad que puso todo su esfuerzo en que estas dos salieran bien. Y no verse obligado a depender de otras personas para poder disfrutar de tanto en cuanto del verdadero placer que significa conocer esta planta sagrada.
Esperanza por solucionar el mal rollito que genero el pequeño abeto en el entorno familiar del hombrecillo.
Cada día era una experiencia nueva, levantarse de buena mañana y ver que tus actos aportan resultados. La vida se respira en el aire, el sol sale como siempre. Pero aveces de eso no nos damos cuenta, porque sin saberlo actuamos de una manera natural y eso puede traer consigo consecuencias inimaginables.
El pequeño hombre en todo momento tubo en cuenta sus efectos negativos. Aun así se arriesgo a probarlo. Ya que tanto miedo no le podía tener a una planta que del mismo suelo había salido.
Con la impetuosa necesidad de aumentar los conocimientos sobre dicha planta el chico se informo preguntando a todo tipo de personas. De todas ellas la que más le llamo la atención y más confianza le inspiro fue la de un joven cultivador. Ese joven cultivador compartía las mismas ilusiones y problemas. Hablando y hablando se dieron cuenta de que podían unirse para obtener un mismo resultado.
Y así lo hicieron siguieron llamándose, preocupándose el uno por el otro y ayudando para que el cultivo del compañero saliera bien.
El pequeño hombrecillo estaba siempre contento y de buen humor al ver que todo estaba saliendo como el había pensado con anterioridad. Dejo de preocuparse sobre como podría ver su entorno familiar sus actividades marihuaneras y decidió vivir el presente y no preocuparse demasiado por la familia y sus inquietudes.
Dada la costumbre tan insana que había adquirido en las ultimas semanas la madre de la criatura decidió cortar con las raíces de sus problemas y estas fueron dos hermosas plantas con un bello color verdoso intenso.
Fueron asesinadas a sangre fría y esto pues sería lo único que el pequeño hombrecillo podía ver a corto plazo.
Enfurecido por la indignación que genero perder su cultivo, de malas maneras bajo-se a la calle y en otra cosa no podía parar de pensar.
Pasado unos minutos el chico decido apoyarse en la única persona que últimamente había demostrado interés y respeto por sus pensamientos.
Su amigo el cultivador quedo con el pequeño hombrecillo en cuanto le fue posible. Las primeras palabras que salieron de su boca fueron:
El cultivador al enterarse que su joven hombrecillo había perdido todo su cultivo decidió ayudarle como nunca con el habían echo. Le ofreció compartir su propio cultivo. Decidió el sabio cultivador que compartir es vivir y así vivió.
Vivió ayudando a los demás en todas las áreas de los cultivos, abrió una growshop en el barrio y vio pasar los años como los años vieron pasar diferentes generaciones, pero todas ellas con la misma ilusión de cultivar. Ser libres y no depender de terceras personas.
El hombrecillo aprendió que toda situación tiene varios puntos de vista, que estos deben expresarse en todo momento, lo que uno piensa o lo que uno siente. Aunque se tenga miedo de que no puedan entender.
Con el paso de los años el joven hombrecillo se convirtió en todo un Sñr. Y monto un punto informativo en su mismo barrio, para informar a los chavales sobre los efectos negativos y positivos que puede aportar una planta que sin duda ah sido el centro de su vida.
Seudónimo: CANNABISES
A PARTIR DE AQUÍ CONTINUAMOS CON LOS RELATOS DE NOVIEMBRE 2010.
MIS DOS PRIMERAS PLANTAS
La propia historia que cuento la e vivido en mis carnes día tras día, porro tras porro, pensamiento tras pensamiento... Desde los orígenes de un fumador activo de cannabis hasta ahora, eh sabido valorar, opinar y mejorar la vida que se ah creado a mi alrededor. Ya sea eligiendo las diferentes personas con las que e vivido experiencias únicas eh irrepetibles como cada una de ellas me han enseñado puntos de vista diferente. Como diferentes sensaciones, sabores u olores me ah podido ofrecer la buena compañía de una planta de marihuana. Desde los comienzos de un fumeta, uno se da cuenta que la hipocresía esta presente, y te habla en forma de ley. Esta presente aun más cuando ves que a dos puertas de tu casa han abierto una tienda donde se venden productos y semillas para el cultivo de una planta que tu empiezas a conocer. Hipocresía respecto al producto en si, a desprestigiar los efectos positivos que te puede ofrecer y a la misma vez venderte productos para que mejores su calidad o producción pero sin parar de hablar de lo mala que es la planta.
Así pues un servidor di-ose cuenta que la mejor manera para no contribuir a las malas lenguas era cultivar su propia planta , una planta en la que no existiesen productos ni químicos ni biológicos que alterasen el sabor natural de dicha planta. Las dos macetas recibieron plantas con nombre y genética de Ak-47 y White Russian.
Las cuales tuvieron dificultades para crecer en paz y armonía, porque dejando ya de lado a la Ley con sus malas habladurías sobre esta planta, estas tuvieron que sobrevivir a base de esfuerzo y esperanza.
Esfuerzo porque el cultivador de dichas marihuanas ni mucho menos era un experto, sino que era un humilde hombrecillo de corta edad que puso todo su esfuerzo en que estas dos salieran bien. Y no verse obligado a depender de otras personas para poder disfrutar de tanto en cuanto del verdadero placer que significa conocer esta planta sagrada.
Esperanza por solucionar el mal rollito que genero el pequeño abeto en el entorno familiar del hombrecillo.
Cada día era una experiencia nueva, levantarse de buena mañana y ver que tus actos aportan resultados. La vida se respira en el aire, el sol sale como siempre. Pero aveces de eso no nos damos cuenta, porque sin saberlo actuamos de una manera natural y eso puede traer consigo consecuencias inimaginables.
El pequeño hombre en todo momento tubo en cuenta sus efectos negativos. Aun así se arriesgo a probarlo. Ya que tanto miedo no le podía tener a una planta que del mismo suelo había salido.
Con la impetuosa necesidad de aumentar los conocimientos sobre dicha planta el chico se informo preguntando a todo tipo de personas. De todas ellas la que más le llamo la atención y más confianza le inspiro fue la de un joven cultivador. Ese joven cultivador compartía las mismas ilusiones y problemas. Hablando y hablando se dieron cuenta de que podían unirse para obtener un mismo resultado.
Y así lo hicieron siguieron llamándose, preocupándose el uno por el otro y ayudando para que el cultivo del compañero saliera bien.
El pequeño hombrecillo estaba siempre contento y de buen humor al ver que todo estaba saliendo como el había pensado con anterioridad. Dejo de preocuparse sobre como podría ver su entorno familiar sus actividades marihuaneras y decidió vivir el presente y no preocuparse demasiado por la familia y sus inquietudes.
Dada la costumbre tan insana que había adquirido en las ultimas semanas la madre de la criatura decidió cortar con las raíces de sus problemas y estas fueron dos hermosas plantas con un bello color verdoso intenso.
Fueron asesinadas a sangre fría y esto pues sería lo único que el pequeño hombrecillo podía ver a corto plazo.
Enfurecido por la indignación que genero perder su cultivo, de malas maneras bajo-se a la calle y en otra cosa no podía parar de pensar.
Pasado unos minutos el chico decido apoyarse en la única persona que últimamente había demostrado interés y respeto por sus pensamientos.
Su amigo el cultivador quedo con el pequeño hombrecillo en cuanto le fue posible. Las primeras palabras que salieron de su boca fueron:
- No te preocupes. A mí me costo varios años que entendiesen y respetasen mis cultivos, y aun les cuesta. Pero para ello tienes que hacerles entender tu forma de ver la vida, tus inquietudes respecto a la sociedad y explicarles porque quieres lo que quieres. Y de la misma manera hacerles ver que cultivar marihuana es más sano que fumar lo que te puedan vender en la calle o lo que el propio gobierno quiere que fumes.
El cultivador al enterarse que su joven hombrecillo había perdido todo su cultivo decidió ayudarle como nunca con el habían echo. Le ofreció compartir su propio cultivo. Decidió el sabio cultivador que compartir es vivir y así vivió.
Vivió ayudando a los demás en todas las áreas de los cultivos, abrió una growshop en el barrio y vio pasar los años como los años vieron pasar diferentes generaciones, pero todas ellas con la misma ilusión de cultivar. Ser libres y no depender de terceras personas.
El hombrecillo aprendió que toda situación tiene varios puntos de vista, que estos deben expresarse en todo momento, lo que uno piensa o lo que uno siente. Aunque se tenga miedo de que no puedan entender.
Con el paso de los años el joven hombrecillo se convirtió en todo un Sñr. Y monto un punto informativo en su mismo barrio, para informar a los chavales sobre los efectos negativos y positivos que puede aportar una planta que sin duda ah sido el centro de su vida.
Seudónimo: CANNABISES
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